martes, 6 de marzo de 2012

soy alcoholico


“Muchos miembros nos hacen estas preguntas,” dice Frank M., el archivista de la OSG. Desgraciadamente, muchos de los pioneros ya no están con nosotros, y de los que sí están muy pocos nos pueden ofrecer teorías plausibles; por esto, no podemos más que especular sobre su origen.
Según una vieja amiga de A.A., la difunta Sra. Henrietta Seiberling, la frase data de las reuniones del precursor de A.A., el Grupo Oxford, que estaba en pleno auge al comienzo de los años treinta. La Sra. Seiberling, una mujer no alcohólica que buscó ayuda espiritual en las reuniones del Grupo Oxford, presentó a Bill al otro co-fundador de A.A., el Dr. Bob, quien estaba luchando por lograr su sobriedad en este Grupo.
En las reuniones pequeñas, los miembros se conocían unos a otros y no tenían que identificarse. Pero en las grandes reuniones públicas, donde había “Atestiguaciones” parecidas a las charlas de A.A. hoy en día, era necesario identificarse personalmente. Es muy probable que alguien dijera, “Soy alcohólico,” pero la Sra. Seiberling no estaba segura, ni recordaba ninguna ocasión en que se empleara la frase en las primeras reuniones en Akron, antes de la publicación del Libro Grande. De hecho, dijo que raramente se empleaba la palabra “alcohólico”, por lo menos en Akron. La gente se refería a sí misma como “borrachos”, “beodos”, o “cubas”, o usaba algún que otro epíteto al estilo del Movimiento de Abstinencia que fue ganando partidarios durante la época de la Prohibición.
Un pionero A.A. de Nueva York oyó la frase por primera vez en la forma “Soy alcohólico y me llamo…” Que recuerde él, esto fue después de la Segunda Guerra Mundial, en 1945 ó 1946. Y es hecho establecido que, en 1947, RKO Pathe produjo un documental titulado “Soy alcohólico.”
De allí en adelante, como Bill diría, el brote simplemente siguió creciendo."


(del Box 4-5-9; 1987 con permiso de A.A. World Service, Inc.)

martes, 28 de febrero de 2012

noveno paso de a.a.

Segunda parte

Continuando con el Noveno Paso de Alcohólicos Anónimos podemos leer en la página 71 del Libro Grande:

“… Rara vez resulta prudente abordar a un individuo que todavía está dolido por alguna injusticia nuestra para con él y comunicarle que ya nos hemos vuelto religiosos. Esto en boxeo sería dejar la mandíbula descubierta. ¿Por qué correr el riesgo de que se nos tilde de fanáticos o majaderos religiosos? Podríamos truncar una futura oportunidad para llevar un mensaje beneficioso. Pero es seguro que a nuestro hombre le impresione un deseo sincero de corregir lo que está mal. Le interesará más una demostración de buena voluntad que nuestra charla sobre descubrimientos espirituales.”

Del anterior párrafo resalta que los autores nos indican que es preferible la acción a una charla sobre lo bien que nos sientan nuestros descubrimientos espirituales.

En la siguiente página se nos advierte que reparar el daño causado con aquellas personas que no nos caen bien es mucho más difícil. Pero aun así debemos proceder. Leemos en la página 72:

“… A pesar de esto, cuando se trata de una persona que nos desagrada, nos empeñamos en hacerlo. Es más difícil ir a un enemigo que a un amigo, pero encontramos que es más beneficioso para nosotros. Le abordamos con el mismo deseo de ser serviciales y de perdonar, confesando nuestro antiguo rencor y expresando nuestro pesar por ello.”

En el siguiente párrafo nos dicen lo siguiente:

Bajo ningún pretexto criticamos a la persona ni discutimos con ella. Sencillamente le decimos que nunca dejaremos de beber mientras no hayamos hecho todo lo posible por enderezar nuestro pasado. Estamos aquí para barrer nuestro lado de la calle, comprendiendo que no podemos hacer nada que valga la pena hasta que lo hagamos, nunca tratando de decirle qué es lo que él debe hacer. No se discuten sus defectos; nos limitamos a los nuestros. Si nuestra actitud es calmada, franca y abierta, quedaremos complacido con el resultado.”

(del libro Alcohólicos Anónimos, capítulo 6 En acción; página 72)

En el párrafo anterior se nos sugiere que bajo ninguna circunstancia debemos criticar o discutir con la persona con quien debemos hacer reparaciones. Además tenemos que cuidarnos de decirle qué es lo que él debe hacer, lo mismo que hablar de sus defectos. Nos limitamos a los nuestros. Una actitud calmada, franca y abierta nos llevará a buen puerto.

Después la seguimos, hasta pronto.

viernes, 24 de febrero de 2012

trabajando el noveno paso

1ra. Parte


Dice el Noveno Paso de Alcohólicos Anónimos:

“Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros.”

El proceso del Paso Nueve está explicado, detalladamente, entre las páginas 71 a 77 del Texto Básico de A.A. En la página 71, empezando con la sexta línea del segundo párrafo, los autores del Libro Grande nos dicen lo siguiente:

“… Ahora vamos a nuestros semejantes y repararemos el daño que hemos causado en el pasado. Tratamos de barrer los escombros acumulados como resultado de nuestro empeño en vivir obstinados y manejarlo todo a nuestro capricho. Si aun no tenemos la voluntad de hacerlo, la pedimos hasta que nos llegue. Recordemos que al principio estuvimos de acuerdo en que haríamos todo lo que fuese necesario para sobreponernos al alcohol.”

(del libro Alcohólicos Anónimos, capítulo 6 En Acción; página 71)

Antes de continuar destaco las líneas que nos indican que si aún, por temor o vergüenza, no disponemos de la voluntad para a encarar el daño causado a otros, la pedimos hasta que nos llegue. Una sincera y firme disposición a enfrentar nuestros miedos y dudas, nos ayudará a recibir la fortaleza, el valor y la prudencia necesaria para este importante Paso. Si fuera necesario podemos releer el post “Noveno Paso – Preliminares del Noveno Paso del 10 de Agosto de 2009."

En el siguiente párrafo, en la página 71, los autores nos dan algunas sugerencias de cómo acercarnos a las personas con las que tenemos que hacer reparaciones.

“Probablemente todavía queremos retroceder. Al mirar la relación de conocidos de negocios y de amigos a quienes hemos dañado, puede que sintamos desconfianza de ir a ver algunos de ellos sobre una base espiritual. Reasegurémonos. Con algunos de ellos no necesitaremos y probablemente no tendremos que hacer énfasis en la parte espiritual la primera vez que los abordemos. Podríamos prejuzgarlos. Por el momento tratamos de poner en orden nuestras vidas; pero esto no es una finalidad en sí. Nuestro verdadero propósito es ponernos en condiciones para servir al máximo a Dios y a los que nos rodean.”

(del libro Alcohólicos Anónimos, capítulo 6 En Acción; página 71)

Prestemos atención a esta línea: “Por el momento tratamos de poner en orden nuestras vidas; pero esto no es una finalidad en sí. Nuestro verdadero propósito es ponernos en condiciones para servir al máximo a Dios y a los que nos rodean.” La limpieza interior que conseguiremos con la práctica de este Paso no es el objetivo principal. ¿Cuál es entonces el propósito del Noveno Paso? Barrer los escombros de nuestro pasado para que de esta manera podamos obtener un mejor “contacto consciente” con nuestro Poder Superior o dicho de otra manera, una mejor sintonía con nuestro Poder Superior para servir al máximo a Dios y a los que nos rodean.

En el próximo post veremos como se nos alerta sobre el riesgo de convertir el Noveno Paso en una charla sobre nuestros descubrimientos espirituales.

Hasta pronto.

miércoles, 22 de febrero de 2012

sobriedad y doce pasos

La Sobriedad (libertad del alcohol), a través de la enseñanza y practica de los Doce Pasos es el único propósito de un Grupo de A.A. Los Grupos han intentado repetidamente otras actividades, y siempre han fallado...Si no nos apegamos a estos principios, nosotros seguramente nos colapsaremos. Y si nos colapsamos, no podremos ayudar a nadie.”

Bill W., The AA Grapevine, Inc. Febrero de 1958
(Aceptado como un principio de guía de A.A. por la Conferencia de Servicios Generales de EUA en 1969, 1970 y 1972.)

martes, 21 de febrero de 2012

esposas desesperanzadas

CUATRO: "Puede ser que esté completamente desesperanzada con su marido. Ha sido internado una y otra vez. Es violento o parece completamente loco cuando está borracho. A veces bebe en el camino cuando se le lleva al hospital. Tal vez haya tenido delirium tremens. Tal vez los médicos hayan perdido toda esperanza y le hayan dicho que lo interne. Tal vez se haya visto obligada a encerrarlo. Este cuadro puede que no sea tan sombrío como parece. Muchos de nuestros maridos estaban así de avanzados. A pesar de eso, se mejoraron."

(del libro Alcohólicos Anónimos, capítulo 8 A las esposas; página 103)

SUGERENCIA: "Tal vez usted suponga que los hombres que están dentro de la clasificación número cuatro no tienen ningún remedio, pero no es así. Muchos de los Alcohólicos Anónimos eran así. Todos los habían desahuciado. La derrota parecía segura. Sin embargo, estos individuos frecuentemente tenían una recuperación firme y espectacular.

Hay excepciones. Algunos hombres se han deteriorado tanto por el alcohol que ya no pueden dejar de beber. A veces se presentan casos en los que el alcoholismo está complicado con otros desórdenes. Un buen médico o psiquiatra puede determinar si esas complicaciones son serias. En cualquier caso, procure que su marido lea este libro. Su reacción puede ser de entusiasmo. Si ya está internado en alguna institución, pero puede convencerles a usted y a su médico de que está dispuesto a tomar la cosa en serio, déle una oportunidad para probar nuestro método, a menos de que el médico opine que su condición mental es demasiado anormal o peligrosa. Hacemos esta recomendación con cierta confianza. Durante años hemos estado tratando alcohólicos internados en instituciones. Desde que se publicó por primera vez este libro, A.A. ha sacado de manicomios y hospitales de todas clases a miles de alcohólicos. La mayoría no han regresado nunca. El poder de Dios llega muy lejos.

Puede ser que le encuentre en una situación diametralmente distinta. Tal vez su marido ande suelto pero debiera estar internado. Algunos hombres no quieren o no pueden superar el alcoholismo. Creemos que cuando se vuelven demasiados peligrosos, encerrarlos es un acto de bondad; pero desde luego siempre debe consultarse con un médico. Las esposas y los hijos de estos individuos sufren horrorosamente, pero no más que ellos mismos.

Algunas veces ocurre que usted tiene que empezar su vida de nuevo. Conocemos a mujeres que lo han hecho. Si las mujeres que están en esta situación adoptan una manera espiritual de vivir, su tarea será más fácil."

(del libro Alcohólicos Anónimos, capítulo 8 A las esposas; páginas 105-106)

Aquí termina el enfoque de los diferentes tipos de maridos alcohólicos y las sugerencias para sus esposas. Espero que puedan servir para orientar una salida hacia la recuperación del bebedor problema.

Hasta pronto.

Fernando D. / nagual_juan958@hotmail.com

sábado, 18 de febrero de 2012

mi marido quiere dejar de beber pero no puede

TRES: Este marido ha ido mucho más lejos que el número dos. Aunque una vez estuvo como éste, se puso mucho peor. Sus amigos han huido, su casa es casi una ruina y no puede conservar ningún puesto. Tal vez ya se haya llamado al médico y haya empezado la fatigosa peregrinación a sanatorios y hospitales. Admite que no puede beber como otras personas, pero no ve por qué. Se aferra a la idea de que todavía encontrará la manera de hacerlo. Puede que haya llegado al punto en que desesperadamente quiere dejar de beber pero no puede. Usted puede tener bastantes esperanzas en un caso como éste.”

(del libro Alcohólicos Anónimos, capítulo 8 “A las esposas”; página 102)

SUGERENCIA: “Si tiene un marido como el número tres, puede que sea afortunada. Estando segura de que quiere dejar de beber, puede usted ir a él con este libro tan contenta como si le hubiera tocado la lotería. Tal vez él no comparta su entusiasmo, pero es casi seguro que leerá este libro y puede ser que se decida enseguida a probar el programa. Si no fuese así, es probable que no tenga usted que esperar mucho. Una vez más, no debe presionarlo; deje que sea él mismo el que decida. Ayúdelo de buen grado a salir de sus borracheras. No le hable de su condición ni de este libro más que cuando él saque a relucir el tema. En algunos casos puede ser preferible que sea alguien fuera de la familia quien le dé este libro. Puede urgirlo a poner manos a la obra sin suscitar hostilidad. Si su marido es una persona normal en otros sentidos, en este caso existirán bastantes probabilidades para la recuperación.”

(del libro Alcohólicos Anónimos, capítulo 8 “A las esposas”; página 105)

Hasta pronto.

jueves, 16 de febrero de 2012

marido en peligro

No puede apartarse de la botella

DOS: Su marido está demostrando falta de control, porque no puede apartarse de la bebida ni cuando quiere hacerlo. Frecuentemente se pone desenfrenado cuando bebe. Lo admite, pero está seguro de que la próxima vez lo hará mejor. Ha empezado a probar, con o sin ayuda, distintas maneras de moderarse o de mantenerse sin beber. Tal vez esté empezando a perder amigos. Puede ser que sus negocios estén sufriendo las consecuencias. Se siente preocupado a veces y comienza a percibir que no puede beber como otras personas. A veces bebe por la mañana, y también durante todo el día para mantener a raya sus nervios. Se siente arrepentido después de las borracheras y dice que quiere dejar de hacerlo. Pero cuando se le pasa, empieza a pensar de nuevo en cómo poder hacer para beber con moderación la próxima vez. Creemos que esta persona corre peligro. Tiene las condiciones inequívocas de un verdadero alcohólico. Tal vez pueda todavía atender sus negocios bastante bien. No lo ha arruinado todo, de ninguna manera. Como decimos entre nosotros: “Quiere querer dejar de beber.”

(del libro Alcohólicos Anónimos, capítulo 8 “A las esposas”; páginas 101-102)

SUGERENCIA: "Supongamos, que su marido se ajusta a la descripción del número dos. Deben practicarse los mismos principios que se aplican en el caso número uno. Pero después de su siguiente borrachera, pregúntele si realmente quiere librarse de la bebida para siempre. No le pida que lo haga por usted ni por nadie más. Únicamente, si le gustaría hacerlo. Lo probable es que quiera hacerlo. Muéstrele su ejemplar de este libro y dígale qué es lo que ha descubierto sobre alcoholismo. Demuestrele que, como alcohólicos, los que escribieron este libro lo comprenden. Háblele sobre algunas de las historias interesantes que usted ha leído. Si cree que puede desconfiar de un remedio espiritual, dígale que le dé una ojeada al capítulo sobre alcoholismo. Tal vez se interese entonces en continuar. Si se entusiasma, la cooperación suya significará mucho. Si su actitud es tibia o cree que no es alcohólico, le sugerimos que lo deje solo. Evite apremiarlo a seguir el programa. La semilla se ha sembrado en su mente. Sabe que miles de hombres que son como él en muchos aspectos se han recuperado. Pero no le recuerde esto después de que estado bebiendo porque puede enojarse. Tarde o temprano es posible que lo vea usted volviendo a leer este libro. Espere a que sus repetidos tropiezos lo convenzan de que tiene que actuar; porque mientras más lo apremie, más se puede demorar su recuperación.”

(del libro Alcohólicos Anónimos, capítulo 8 “A las esposas”; páginas 104-105)

Hasta pronto.

Fernando D. / nagual_juan958@hotmail.com

miércoles, 15 de febrero de 2012

mi marido es un borracho

Muchas esposas escriben preguntando que actitud tomar frente al marido alcohólico. Si bien cada caso es único, podemos encontrar en el libro Alcohólicos Anónimos algunas sugerencias al respecto. En primer lugar se hace una breve descripción del tipo de bebedor (cuatro categorías) y a continuación se detallan una serie de sugerencias que puede ayudar al esposo a reconocer su problema con el alcohol.

UNO: “Puede que su marido sea solamente una persona que bebe mucho. Puede ser que beba constantemente o que solamente lo haga con exceso en ciertas ocasiones. Tal vez gasta mucho en licor. Puede que la bebida lo esté deteriorando física y mentalmente, sin que él se dé cuenta. A veces pone en situaciones penosas a usted y a sus amistades. El se siente seguro de que puede controlarse cuando bebe, que no hace daño a nadie, que beber es algo necesario en sus negocios. Probablemente se sentirá insultado si se le llama alcohólico. Este mundo está lleno de personas como él. Algunos llegan a moderarse o dejar de beber completamente, y otros no. De los que siguen bebiendo, un buen número se vuelven alcohólicos después de algún tiempo”.

SUGERENCIA: “Aunque parezca extraño, frecuentemente es difícil de tratar. Disfruta con la bebida; despierta su imaginación; se siente más cerca de sus amigos bebiendo con ellos. Tal vez usted misma disfrute bebiendo con él, mientras no se pase de la raya. Ustedes han pasado juntos noches felices charlando junto a la chimenea. Tal vez a los dos les gusten las fiestas, que resultarían aburridas sin licor. Nosotras mismas hemos gozado de noches como esa: nos divertíamos. Sabemos lo que es el alcohol como lubricante social. Algunas, no todas, creemos que tiene sus ventajas cuando se usa moderadamente.

El primer principio para el éxito consiste en no enojarse nunca. Aunque su marido se vuelva insoportable y tenga que dejarlo temporalmente, debe irse sin rencor, si puede hacerlo. La paciencia y la ecuanimidad son sumamente necesarias.

Pensamos que no debe usted decirle nunca qué es lo que él debe hacer sobre su manera de beber. Si se le mete en la cabeza la idea de que es usted una regañona y una aguafiestas, serán pocas las probabilidades que tenga usted de lograr algún resultado. Eso le servirá a él de motivo para beber más. Dirá que no se le comprende. Esto puede conducir a que pase noches muy solas. Puede que busque a otra persona para que lo consuele –no siempre otro hombre.

Esté decidida a que la manera de beber de su marido no va estropear las relaciones de usted con sus niños y con sus amistades. Ellos necesitan su ayuda y su compañía. Es posible que tenga una vida plena y feliz, pese a que su marido siga bebiendo. Conocemos a mujeres que no sienten temor aun estando en esas circunstancias tan infelices. No ponga todo su afán en reformar a su marido. Por mucho que se esfuerce en hacerlo, puede ser que usted sea incapaz de lograrlo.

Sabemos que estas indicaciones son difíciles de seguir a veces, pero se ahorrará muchos pesares si logra observarlas. Su marido puede llegar a apreciar su razonamiento y su paciencia. Esto puede preparar el terreno para una conversación con él sobre su problema alcohólico. Trate de que sea él mismo el que saque a relucir el tema. Esté segura de no criticar en una charla de esas. En vez de esto, trate de ponerse en el lugar de él. Haga usted que se dé cuenta de que quiere ayudarlo y no criticarlo.

Cuando surja una conversación, puede sugerirle que lea este libro o cuando menos el capítulo sobre alcoholismo. Dígale que ha estado preocupada aunque tal vez innecesariamente; que usted cree que debe conocer mejor el tema ya que todos deben comprender con claridad el riesgo que corren si beben demasiado. Demuéstrele que tiene usted confianza en que puede dejar de beber o moderarse. Dígale que no quiere ser una aguafiestas; que solamente quiere que cuide su salud. Así, tal vez logre interesarlo en el alcoholismo”.

(del libro Alcohólicos Anónimos; capítulo 8 A las esposas – pag. 101 – 103 – 104)

jueves, 19 de enero de 2012

noveno paso

Preliminares - Parte 2 de 2

En el post anterior sobre
el Noveno Paso se nos sugería como manejarnos con las enmiendas en nuestras familias y con nuestros compañeros de trabajo, además de recomendarnos algunas actitudes a tener en cuenta al momento de reparar el daño causado. A continuación el libro 12/12 nos alerta sobre algunas reacciones negativas para la práctica de este Paso. "Es posible que este ambiente de aprobación y alabanza tenga un efecto tan estimulante que nos haga perder el equilibrio produciendo en nosotros un apetito insaciable de más palmadas y elogios. O podemos ir al otro extremo cuando, en raras ocasiones, nos dan una recepción fría o escéptica. Puede que nos sintamos tentados a discutir o insistir obstinadamente, o tal vez caemos en el desánimo y el pesimismo. Pero si nos hemos preparado bien de antemano, estas reacciones no nos desviarán de nuestro firme y equilibrado propósito".

Después se nos advierte sobre dos típicas reacciones en las que podemos caer al realizar el Noveno Paso, dormirnos en nuestros laureles o postergar las enmiendas en cuestiones más graves y humillantes. Sobre esto podemos leer en el libro Doce Pasos Doce Tradiciones: "Después de esta prueba preliminar de hacer enmiendas, puede que nos sintamos tan aliviados que creamos haber terminado nuestra tarea. Querremos dormirnos en nuestros laureles. Puede que nos sintamos fuertemente tentados a evitar los encuentros más humillantes y aterradores que todavía nos quedan. A menudo fabricaremos excusas persuasivas con el fin de esquivar estas cuestiones. O puede que lo dejemos para mañana, diciéndonos que todavía no ha llegado la hora propicia, aunque en realidad ya hemos pasado por alto muchas buenas oportunidades de remediar una grave injuria. No hablemos de prudencia mientras sigamos valiéndonos de evasivas". Para terminar podemos destacar una sugerencia: "No tenemos que sumirnos en remordimientos excesivos ante aquellos a quienes hemos perjudicado, pero a estas alturas las enmiendas deben ser francas y generosas".
(del libro Doce Pasos Doce Tradiciones; Noveno Paso, página 83-84)

Aquí finaliza la parte dos del enfoque preliminar del Noveno Paso. Próximamente nos dedicaremos al trabajo de este Paso con la guía del libro Alcohólicos Anónimos.