martes, 30 de septiembre de 2008

Dónde encontrar Alcohólicos Anónimos

La ayuda de A.A. está disponible gratis y sin ningún tipo de obligación.

Hay grupos A.A. en todas partes del mundo. Usted puede encontrar un grupo en las grandes ciudades, pequeños pueblos y también en áreas rurales.

Busque "Alcohólicos Anónimos" en su guía telefónica local. Si no figura puede obtener información sobre las reuniones locales por medio de médicos, enfermeras, miembros del clero, periodistas, policías y en instituciones de tratamiento que están familiarizadas con el programa de A.A.

Si no logra ponerse en contacto con algún grupo en su lugar de residencia, puede escribir a:

En Argentina:
Oficina de Servicios Generales de A.A. para la República Argentina
Avda. Córdoba 966 - 11º "J" - CP 1054 - Buenos Aires, Argentina
Tel.: (011) 4325-1813 - Fax: (011) 4325-0067
E-mail: osg@aa.org.ar - Web: http://www.aa.org.ar/

En Chile:
Oficina de Servicios Generales - Chile
Bellavista 0330 - Providencia - Santiago de Chile - Región Metropolitana
Fonos: (2) 777 1010 - (2) 777 9015
e-mail: info@alcoholicosanonimoschile.cl

En Asturias (España):
Oficina Servicios Generales
Avda. de Alemania, nº9. 3º Izda. Avilés
Teléfono: 985 566 345 Fax: 985 566 543
http://www.alcoholicos-anonimos.org/

Dirección WEB de Alcohólicos Anónimos en España (habla inglesa):
http://www.aaspain.org/

Dirección Web de AA en Europa:
http://www.aa-europe.net/

El personal de la O.S.G. lo pondrá en contacto con el grupo más cercano a su residencia. Y en caso de no haber grupo, le darán información sobre cómo algunos miembros "solitarios" logran mantenerse sobrios, mediante el programa de A.A.

Cualquiera que acuda a A.A. puede tener la seguridad de que su anonimato será protegido.

Si usted piensa que puede llegar a tener problemas con su manera de beber y desea dejar el alcohol, más de dos millones de A.As. podemos atestiguar que Alcohólicos Anónimos da resultados y que no hay ninguna razón por la que no vaya a darle resultados a usted también.

Sería muy útil, que los compañeros A.A. de otros países envíen a mi e-mail: nagual_juan958@hotmail.com la dirección en su país de las Oficinas Centrales de A.A.; aunque más no sea la dirección electrónica para publicarla en el blog.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Recurrir a un poder interior

Sexto Paso: confianza y humildad.

Si bien el Sexto Paso es desarrollado en el Libro Grande de manera muy corta, su dimensión literaria no refleja la importancia de su práctica.

Supongamos: Llegué hasta este momento cargado con debilidades que me han mortificado durante muchos años, y algunas de ellas han sido detonante de mi manera de beber. Si bien intenté una y mil veces despojarme de esos defectos a fuerza de voluntad, tengo que ser sincero y reconocer que no hubo ningún progreso.

Por ejemplo: Una y otra vez intenté manejar mi ira. Funcionaba durante uno o dos días, tal vez más, y después llegaba el estallido, el desborde total. Otro ejemplo: voy a mi analista y elaboro profundamente la cuestión celos, y ante una llegada tarde de mi pareja se desata una hecatombe!

Disponerse a dejar más espacio para que actúe "algo" superior a nosotros no es fácil. Pero dado el resultado obtenido con el método de razonamiento y fuerza de voluntad, quizá sea hora de recurrir a "algo" superior. Hace falta un pequeño gesto de humildad y aceptar que solo no puedo; que a pesar de haberlo intentado sinceramente cientos de veces, casi siempre termino en la explosión emocional más todos sus "sedimentos": culpa, auto estima por el piso, relaciones rotas, etc.

Entonces... ¿Porqué no intentarlo de otra manera? ¿Porque no recurrir a la humildad (en este caso por desesperación y no por virtud) y a la confianza en "Algo" superior a mí?

Puede parecer difícil, pero dadas las circunstancias...

El Sexto requiere una nueva rendición y la disposición de acceder a un nuevo y poderoso recurso interior.

Lo anterior, por supuesto, es sólo mi punto de vista basado en mi experiencia. Ojalá te sirva. Muchas gracias.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Sexto Paso de A.A.

Continúa la "limpieza interior"

El enunciado del Sexto Paso de Alcohólicos Anónimos dice:
"Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de todos estos defectos de carácter".

Este Paso es básicamente una decisión. Y para tomarla nos hacen una sencilla pregunta: ¿Estamos ahora dispuestos a dejar que Dios elimine de nosotros todas esas cosas que hemos admitido son inconvenientes?

En teoría ya somos conscientes de cuales son nuestras deficiencias o debilidades de carácter; tomamos contacto con ellas a través de nuestro inventario del Cuarto Paso.

El Sexto y Séptimo Paso son los Pasos más "cortos" en el Libro Grande y está contenido en un solo párrafo que transcribo a continuación:

"... entonces vemos el Sexto Paso. Hemos insistido en que la buena voluntad es indispensable. ¿Estamos ahora dispuestos a dejar que Dios elimine de nosotros todas esas cosas que hemos admitido son inconvenientes? ¿Puede El, ahora, quitárnoslas todas, todas sin excepción? Si todavía no queremos desprendernos, le pedimos a Dios que nos ayude a tener buena voluntad para hacerlo". (A.A., pags. 70-71; capítulo 6 "En acción")

Según el párrafo dedicado al Sexto Paso nuevamente es tiempo de tomar decisiones. No perdamos de vista que los autores nos sugieren que este Paso se dé inmediatamente después del Quinto.

El Cuarto Paso nos permitió re-conocer nuestras debilidades y fortalezas mediante un "minucioso inventario". En el Sexto Paso tomamos la decisión sincera de entregar esas debilidades a "manos más grandes que las nuestras", o sea a un Poder superior a nosotros mismos, como cada uno lo conciba.

Si tenemos inconvenientes para desprendernos de alguna de nuestras debilidades, le pedimos a nuestro Poder superior que nos guíe hacia la buena voluntad para lograrlo.

¿Cómo dar este Paso?

Preguntándonos ¿Estoy sinceramente dispuesto a que un Poder superior me libere de todas mis debilidades? Según los autores del Libro Grande aquellos que contesten si a la pregunta han completado el Sexto Paso y están preparados para dar inmediatamente el Séptimo.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Origen texto básico de a.a.

Libro Grande: Experimentar los Doce Pasos.

(Tercera parte)

Sobre pasar de los seis principios originales a los actuales Doce Pasos, en su afán de darle mayor claridad y posibilidad de comprensión al método A.A. para dejar de beber, Bill escribió:

"Finalmente me dispuse a la tarea de redactar más de seis etapas o pasos; cuántos más, no lo sabía. Tomé aliento y pedí ayuda divina. Con una velocidad sorprendente, teniendo en cuenta mis alteradas emociones, completé el primer borrador. Esto me tomó media hora aproximadamente. las palabras me fluían fácilmente. Cuando llegue al punto final, numeré los pasos resultantes. Sumaban doce. En alguna forma, tal número me pareció significativo; sin tener motivo ni razón especiales, los relacioné con los doce apóstoles. Sintiéndome entonces sumamente aliviado, comencé a repasar el escrito".

A continuación Bill describe los cuestionamientos que recibió de sus compañeros sobre la primera versión de los doce pasos:

"En ese momento llegaron dos visitantes. Uno de ellos, mi buen amigo de aquella época, Howard A. Con él venía un nuevo miembro, quien llevaba escasamente tres meses de abstención. Yo estaba muy satisfecho con lo que había escrito, y les leí la nueva versión de nuestro programa, ahora sí los "Doce Pasos". Howard y su amigo reaccionaron violentamente. ¿Por qué doce pasos?, preguntaron. Y luego: "Le has metido mucho Dios a estos pasos; vas a amedrentar a la gente". Además: "¿Qué significa eso de que el alcohólico tiene que arrodillarse cuando pide ser liberado de sus defectos?" Y añadían: ¿Quién va a querer que se le desaparezcan todos sus defectos?" Cuando Howard me vio un tanto molesto, añadió: Bueno, algo de esto parece que está bien logrado. Pero Bill, tienes que moderarlo un poquito. Está demasiado estricto. Un alcohólico corriente no se lo va a tragar en la forma que está". (A.A. llega a su mayoría de edad; pags. 170-171)

Este fue el comienzo de una ardua tarea a través de acaloradas discusiones para "moderar" los doce pasos. El grupo Akron gustaba mucho de los doce pasos de Bill, pero en su grupo de Nueva York, las críticas se sucedían sin cesar.

Se hicieron largo debates en los dos grupos y también se consultó a personalidades influyentes de la medicina y la religión. Los doce pasos, así como cada capítulo fue discutido y se hicieron cambios importantes a la versión original de Bill W. Lo mismo sucedió cuando buscaron un nombre para el texto. Parecía que las discusiones nunca acabarían. Finalmente el Libro Grande fue aprobado por la "conciencia de grupo" de los primeros cien alcohólicos que integraban la comunidad.

En el capítulo XI del libro "Transmítelo" (biografía de Bill W.), podemos apreciar con mayor detalle las dificultades que enfrentó el co-fundador de A.A. en su propuesta del primer libro de la Comunidad. Encontró resistencia tanto en los miembros de los grupos, así como en los amigos no alcohólicos. Además hubo "tentaciones" al recibir ofertas de editores privados.

El libro se publicó en abril de 1939 con el nombre de "Alcohólicos Anónimos" de donde la comunidad adoptó su nombre.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Historia del libro grande de alcohólicos anónimos

Libro Grande: una guía para dejar el alcohol.
(Segunda parte)

Retomando el artículo sobre el origen del "Libro Grande", y según lo que vimos en el anterior artículo, la necesidad de un texto dedicado específicamente al problema del alcoholismo y a la solución propuesta por Bill y sus compañeros era muy marcada.

Bill W. tenía una serie de ideas y las compartió con Dr. Bob en una de sus visitas a los "akronitas".
"El Dr. Bob acogió con entusiamo la idea del libro. Pero cuando se trató de los misioneros a sueldo y de los hospitales con ánimo de lucro, se mostró francamente escéptico". (A.A. llega a su mayoría de edad, pag. 156).

Pese a la negativa de Dr. Bob, Bill continuó adelante con la cuestión de los misioneros y hospitales. Ambas "alocadas" propuestas nunca se llevaron a cabo. El tercer proyecto: un libro, fue el que se pudo encarar, con el apoyo de los grupos de Akron y Nueva York.

La cuestión libro no fue fácil de encarar. Hay muchas páginas escritas sobre las dificultades económicas y de otro tipo que debieron sobrellevar. A pesar de los obstáculos Bill comenzó a escribir.

"A medida que los capítulos iban siendo redactados, yo los iba leyendo en las reuniones semanales del grupo de Nueva York en el local de la calle Clinton. Al Dr. Bob le enviábamos copias para que las revisaran y las criticaran en Akron, donde obteníamos la más calurosa acogida. Algo muy distinto sucedía en las reuniones neoyorquinas, donde nuestros escritos eran literalmente aporreados, por lo cual fueron muchas las veces en que tuve que volverlos a redactar, para que Ruth los copiara a máquina una y otra vez. A pesar de las acaloradas discusiones, las críticas del grupo de Nueva York nos ayudaron enormemente, y sirvieron hasta cierto punto para que el entusiasmo y la confianza se incrementaran.

De esta manera fue adelantándose el trabajo hasta llegar al famoso Capítulo Quinto. Ya estaban escritos mi historia personal y tres capítulos más titulados "Hay una Solución", "Algo más acerca del Alcoholismo" y "Nosotros los Agnósticos". Nos dimos cuenta entonces de que ya teníamos suficiente material de presentación, pero que en este punto nos era necesario explicar la manera exacta como funcionaba nuestro programa de recuperación del alcoholismo. En este punto teneíamos que insertar la columna vertebral de nuestro libro. Este era un problema que secretamente me había preocupado mucho. Yo nunca había escrito nada anteriormente, ni nadie en el grupo de Nueva York tenía experiencia como escritor. Las discusiones que se habían suscitado acerca de los cuatro capítulos iniciales habían sido terribles. En ciertas ocasiones estuve a punto de arrojar todos los borradores del libro por la ventana". (A.A. llega a su mayoría de edad; pag. 169)

Es en este momento que Bill W. decide transformar los seis "principios originales", en los actuales Doce Pasos. Sobre esta difícil pero acertada decisión podemos leer lo siguiente:

"Mi estado de ánimo en la noche en que se escribieron los Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos era muy poco espiritual. Me encontraba enfermo y cansado, reclinado en mi cama en el número 182 de la calle Clinton con un lápiz en la mano y un legajo de papel borrador sobre la rodilla. No podía concentrarme en mi trabajo, ni mucho menos poner mi corazón en él. Pero me encontraba frente a una tarea que tenía que hacerse, y poco a poco en mi mente se fue aclarando el enfoque que iba a darle".

Hasta aquí tenemos datos como para darnos una idea bajo que circunstancias y con que objetivo se escribió el libro "Alcohólicos Anónimos". En un próximo artículo cerraremos estas notas sobre el origen del Libro Grande.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Origen del libro Alcohólicos Anónimos

Libro Grande: el "mensaje original" de Alcohólicos Anónimos.
(Primera parte)

A continuación me gustaría compartir con ustedes, el origen del libro más importante de la Comunidad: "Alcohólicos Anónimos", conocido también como Libro Grande. Con ese objetivo recabaremos información en los libros: "A.A. llega a su mayoría de edad", "El Dr. Bob y los buenos veteranos", "Transmítelo" y en otros textos de A.A. Espero que sea de su agrado.

1934, verano:
El Dr. William D. Silkworth declara a Bill W. un alcohólico incurable.
1934, agosto:
Los Grupos Oxford logran la sobriedad de Ebby T., un amigo de Bill.
(al igual que Bill W., Ebby T. tenía serios problemas con el alcohol. De jóvenes compartieron estudios superiores y copas, muchas copas)
1934, noviembre:
Ebby visita a Bill y le cuenta su historia.
(de esta visita destaco que Ebby había permanecido sobrio varios meses en los Grupos Oxford, y la famosa frase de Ebby: "tengo religión", haciendo referencia a los principios espirituales que había aprendido, y que le permitieron permanecer sin beber alcohol.
1934, diciembre:
Experiencia espiritual de Bill en el Hospital Towns.
(Bill comienza a poner en práctica durante su internación los principios que Ebby le enseñó, y es ahí cuando tiene una súbita experiencia espiritual)
1934, diciembre:
Bill trabaja con alcohólicos, pero no logra la sobriedad de ninguno de ellos.
1935, mayo:
El Dr. Bob y Bill se conocen en Akron.
1935, 10 de junio:
El Dr. Bob bebe su último trago. Se funda Alcohólicos Anónimos.
(lo irónico de este suceso es que ese último trago de Dr. Bob, se lo ofreció Bill W.)
1937:
Los A.A. de Nueva York se separan de los Grupos Oxford.
(El grupo de Nueva York estaba liderado por Bill W.)
1937, noviembre:
El Dr. Bob y Bill, al reunirse en Akron, hacen un recuento de los resultados. Cuarenta casos de sobriedad. Primera percepción de cierto éxito.
1938, febrero:
Contacto con Jhon D. Rockefeller. Dona u$s 5.000. Se rehúsa dar más. Salva a A.A. del profesionalismo.
(aquí es cuando comienza a surgir la visión de lo que hoy se llama Séptima Tradición de A.A., que es básicamente el auto mantenimiento económico, no aceptar contribuciones ajenas a la comunidad).
1938, mayo:
Se comienza a escribir el libro Alcohólicos Anónimos.
1938, diciembre:
Se escriben los Doce Pasos.
1939:
Los miembros llegan a 100.
1939, abril:
Se publica el libro Alcohólicos Anónimos.


Desde 1934 a 1938 todas estas vivencias produjeron en Bill W . un cambio y la oportunidad de sumar conocimiento y experiencia sobre el alcoholismo y la solución que él y los primeros cien miembros habían experimentado. Bill puso en práctica un programa de recuperación, el cual se iba transmitiendo boca a boca en los primeros grupos de Nueva York y Akron. Sobre esto podemos leer en las páginas 169 y 170 del libro "A.A. llega a su mayoría de edad":

"A partir de la visita que me hizo Ebby en el otoño de 1934, habíamos desarrollado gradualmente nuestro "programa verbal"; la mayor parte de las ideas básicas provenía de los Grupos Oxford, de Williams James y del Dr. Silkworth. Aunque se veían sometidas a considerables variaciones, podíamos resumirlas en un procedimiento muy consistente que comprendía seis etapas:
1. Admitimos que estábamos vencidos, que éramos impotentes ante el alcohol.
2. Hicimos un inventario moral de nuestros defectos o pecados.
3. Confesamos o compartimos nuestros defectos con otra persona, en forma confidencial.
4. Hicimos restitución a todas aquellas personas que habíamos perjudicado con nuestra bebida.
5. Tratamos de ayudar a otros alcohólicos, sin buscar recompensa en dinero o prestigio.
6. Rezamos al Dios en que cada uno creía pidiéndole la fuerza necesaria para practicar estos preceptos.

Esto era en esencia lo que, a fines del año 1938, les decíamos a los recién llegados. Varias de las otras ideas y actitudes del Grupo Oxford habían sido rechazadas definitivamente, incluyendo aquellas que podrían envolvernos en controversias teológicas".

En ese entonces los A.A. no tenían mensaje escrito, por lo que leían y estudiaban diversos textos espirituales. Sobre esto podemos leer en el libro "El Dr. Bob y los buenos veteranos":

"Se hacía hincapié en la Biblia como material de lectura, por supuesto; muchos recuerdan que "El Sermón de la Montaña" por Emmet Fox, era también muy popular. "Esa era una lectura que se les requería a todos", dijo Dorothy S. M. "Tan pronto como los hombres que estaban en el hospital podían empezar a fijar la vista, obtenían una copia del Sermón de la Montaña".

Luego estaba ese librito barato de "El Cuarto de Arriba", recordó ella. "Ellos suponían que podíamos disponer de una moneda para lectura espiritual. Imprimían en nosotros que teníamos que leer eso absolutamente todas las mañanas. No había ningún bien equipado cuarto de baño en A.A. que no tuviera una copia, y si tú entrabas y veías que no estaba abierto en el día correcto, inmediatamente comenzabas a sospechar de ellos".

Bob E. de Akron recordó que otro libro popular en ese tiempo fue "La Cosa Más Grande del Mundo", de Henry Drummond; este, junto con "El Cuarto de Arriba", les era proporcionado a los miembros por Madre G.

Aunque en esa época había por ahí una buena cantidad de material para leer, definitivamente había una necesidad de literatura dirigida específicamente al alcohólico". (del libro "El Dr. Bob y los Buenos Veteranos", pags. 160-161).

Otra de las cuestiones que mostró a los primeros miembros de la Comunidad la necesidad imperiosa de literatura propia, es descripta por Bill en el libro "A.A. llega a su mayoría de edad":

"Cuando el Dr. Bob y yo nos dimos cuenta en el otoño de 1937 de que unas ochenta personas se habían recuperado del alcoholismo, nos preguntamos: "¿Cómo podemos compartir esta experiencia? ¿Cómo podremos difundir al mundo este mensaje?". El Dr. Bob se había recuperado dos años y medio antes, y yo había estado sobrio durante tres años.
Nos había tomado todo el tiempo el perfeccionar un programa de recuperación y llevar la sobriedad a un puñado de pacientes. El número de alcohólicos en el mundo que deseaban recuperarse podía ascender a muchos millones. ¿Cómo podríamos llevar esta gran oportunidad a esas personas? Al paso lento al que nos movíamos, claramente no podríamos alcanzar a la gran mayoría de aquellos alcohólicos.

No podíamos por consiguiente continuar siendo una sociedad secreta. La comunicación verbal con los pocos alcohólicos que podíamos tratar con nuestros métodos corrientes de entonces no sólo sería muy lenta sino también peligrosa; peligrosa porque el mensaje de recuperación en el cual teníamos ahora depositada toda nuestra confianza podría ser rápidamente mutilado y totalmente deformado. Era obvio que nuestra naciente sociedad y su mensaje necesitaban hacerse públicos". (libro "A.A. llega a su mayoría de edad", pag. 155).

jueves, 4 de septiembre de 2008

Los celos en el alcohólico

Celotipia alcohólica o paranoia alcohólica

Los celos pese a ser un rasgo bastante común, aunque no generalizado entre los alcohólicos, es un tema no muy tratado en una buena parte de los grupos de A.A. Tal vez esto se deba a prejuicios machistas que impiden exteriorizar algo que en realidad sucede y mortifica al alcohólico y a su familia.

"En el alcoholismo crónico los celos son un rasgo bastante común. Estos celos nacen como consecuencia de la impotencia que padece el enfermo y del rechazo de que es objeto por parte de su esposa. En algunos pocos enfermos con personalidad previa paranoide, se observa que, sobre la base de celos justificados o no, se instala el delirio celotípico.

La celotipia alcohólica es un delirio de tipo persecutorio de mecanismo interpretativo, bien sistematizado y de contenido celoso.

El enfermo presenta una buena orientación autopsíquica y alopsíquica. No presenta alucinaciones, salvo como epifenómeno ocasional vinculado al tema del delirio (alucinaciones olfatorias, auditivas).

El delirio celotípico se tiene al realizar el alcohólico falsas interpretaciones de la realidad.

En un comienzo las ideas delirantes de celos sólo se tienen en los momentos de profunda intoxicación y desaparecen cuando éstos se disipan. Al progresar la enfermedad, estas ideas delirantes se hacen persistentes. El enfermo desconfía de aquellas personas que se relacionan con su hogar: amigos, parientes, vecinos, etc. Somete a su esposa a una sostenida vigilancia, interpretando sus palabras, miradas, hechos o circunstancias a favor de la concepción delirante. Al convencerse de que es engañado, increpa a su esposa, la insulta, le reprocha su falta, se torna peligroso, pudiendo agredirla e incluso llegar al homicidio.

El delirio puede rectificarse desde una semana hasta meses, si el tratamiento es correcto. Sin tratamiento o con uno inadecuado, la celotipia se hace crónica (delirio alcohólico crónico), por lo tanto el pronóstico es reservado".

"La fenomenología psiquiátrica del alcoholismo" - Dr. Eugenio Sánchez.
Libro "Alcoholismo" - Gustavo F. Poch / Horacio H. Rubio
Editorial Universitaria de Buenos Aires

lunes, 1 de septiembre de 2008

Alcoholismo - solución espiritual

A continuación transcribo un escrito del Dr. Deepak Chopra sobre el alcoholismo y la solución espiritual. La carta de Carl Jung que cita Chopra, tiene mucho que ver con Alcohólicos Anónimos y los Doce Pasos.

"... Durante esta cuarta etapa (fase crónica del alcoholismo) del modelo de Jellinek, una mayoría de alcohólicos (alrededor de un 60 por ciento), atraviesan una experiencia que tiene importantes consecuencias en el posterior tratamiento de la enfermedad. Cuando estas personas "tocan fondo", y se sienten atrapados por una desesperación total, de manera inesperada viven un nuevo despertar espiritual. Empiezan a convocar a un espíritu superior que los rescate de las profundidades en que se han sumido. Un pequeño porcentaje de alcohólicos viven un momento de revelación dramática, similar a una conversión religiosa, en la que reconocen que están en manos de un destino supremo. En otras palabras viven una especie de éxtasis.
Este trascendente fenómeno está tan bien registrado como las otras etapas de la enfermedad del alcoholismo. Quizá podría interpretarse la enfermedad misma como un intento desviado de llegar a este punto: un descenso al infierno, que debe de preceder a la visión del paraíso. En referencia a esto, podría ser útil recordar nuestro comentario del capítulo 1, en el que califiqué al adicto como un buscador desorientado, y citar una carta del psicológo Carl Jung, en la que ofrece una analogía explícita entre la adicción y el infierno:

"Estoy fuertemente convencido de que el principio del mal que prevalece en este mundo conduce a la perdición, a la necesidad espiritual sin reconocer, si no es contrarrestado por una percepción religiosa real o por el muro protector de la comunidad humana. Un hombre ordinario que no esté protegido por una acción desde lo alto y se encuentre aislado de la sociedad, no puede resistir el poder del mal, al que muy aptamente se le llama Demonio; pero el uso de esas palabras hace surgir tantos errores, que uno sólo puede permanecer alejado de ellas tanto como le sea posible.
... Alcohol en latín es spiritus y se utiliza la misma palabra para la más alta experiencia religiosa, al igual que para el más depravante veneno. Por lo tanto la fórmula útil es spiritus contra spiritum."

Si el retruécano no fuese demasiado forzado, se podría observar que, para una cantidad importante de personas, la "solución espiritual" del alcohol, lleva a la solución espiritual para el alcoholismo. En La variedades de la experiencia religiosa, el filósofo Williams James escribió que la verdadera cura para el exceso en la bebida es la religión apasionada. Estoy tentado de ir más lejos, y afirmar que la única cura para una adicción de cualquier clase es el descubrimiento de una espiritualidad interior, sentida en profundidad. Entonces, sobre esta base, el adicto en recuperación podrá empezar a hacer cambios prácticos en su vida, necesarios para una transformación real."

Del libro "Vencer las adicciones", de Deepak Chopra (pags. 55-56-57).

Nota: la carta citada fue escrita por Carl Jung el 30 de enero de 1961 en Kusnachi, Zurich y estaba dirigida a Bill Wilson (co-fundador de Alcohólicos Anónimos). A quien le interese puede encontrarla en el libro "Transmítelo, La historia de Bill Wilson y de cómo llegó al mundo el mensaje de A.A.", en el capítulo 24: Una segunda jornada (pags. 378-379).