viernes, 4 de julio de 2008

4ta. Fase del alcoholismo

d) Fase crónica

Durante la fase decisiva la intoxicación es la regla, pero el beber en forma continua se limita a las horas de la noche, en cambio en la fase crónica el enfermo se intoxica durante el día, en horas laborables, y persiste en ese estado durante varios días, hasta que llega a incapacitarse completamente. Su conducta provoca el rechazo social unánime y constituye un grave riesgo social.

Se observa decadencia ética con trastornos del pensamiento, de la efectividad y de la voluntad: los efectos son superficiales y primitivos, la labilidad emocional es la regla y existe gran irritabilidad.

Progresivamente el enfermo va siendo invadido por un temor vago e indefinido, teñido de culpa, sentimiento que trata de controlar junto con el temblor marcado que aparece, con ingestas casi continuas. El beber adquiere así un carácter obsesivo.

Es temor no es causado por el miedo a sufrir una desgracia determinada, sino que es un temor generalizado que tiene una comprensión vaga de que esta conducta no puede continuar sin tener un castigo.

Ya a esta altura de la enfermedad el paciente no puede realizar determinados actos, como por ejemplo encender un cigarrillo, darle cuerda a un reloj, etc., sin beber antes una copa.

En esta etapa, el 10% de los enfermos, aproximadamente, puede desarrollar una psicosis alcohólica.

La dependencia alcohólica puede llegar a ser tan intensa que a falta de otra bebida el enfermo puede llegar a beber alcohol de quemar, barniz para muebles, agua de colonia y cualquier otra forma de alcohol desnaturalizado.

En esta fase, con cierta frecuencia, se tiene el fenómeno de la disminución de la tolerancia al alcohol; el enfermo se embriaga con cantidades reducidas de alcohol.

Los razonamientos que había utilizado para justificar su conducta comienzan a perder su influencia, los tapujos se enfrentan con la realidad y el alcohólico admite su fracaso. En este momento se vuelve espontáneamente accesible al tratamiento, continuando, sin embargo, con su beber obsesivo por no ver otra alternativa.

Hasta hace pocos años se creía que el alcoholómano no podía tratarse antes de llegar a este fracaso, sin embargo en la actualidad se ha demostrado que ello puede anticiparse con técnicas psicológicas mucho antes que ocurriese por el curso natural del proceso, y aun el alcoholismo incipiente puede tratarse.

BIBLIOGRAFIA

1) JELLINEK, J. (1953) , Etapas de la alcoholomanía, Seminario Regional Sudamericano de Alcoholismo, Buenos Aires.
2) JELLINEK, J. (1942), Effects of alcohol on the individual, Yale Univ. Press, New Haven.
3) BANAY, R. S. (1944), "Pathologic reaction to alcohol", Quart. J. Std. Alc., 4 : 580.
4) WILLIAMS, A. E. (1966), "Social drinking, auxiety and depression". J. Personality Soc. Psychol, 3 : 689.

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