lunes, 29 de diciembre de 2008

un toque de serenidad

Haz lo opuesto
No se trata de llevar la contra a nadie, sino de complementar tu día ying con una dosis de yang (o al revés). Por ejemplo: Si estás todo el día encerrado, sal un rato al aire libre. Si trabajas en un lugar donde hay mucha gente busca unos minutos de soledad. Si permaneces mucho tiempo sentado lavántate y camina unos minutos.

"El cambio siempre llega con regalos bajo el brazo."
PRICE PRITCHETT

Relativiza tu vida
Buena parte del estrés que padecemos se debe a la tremenda importancia que otorgamos a lo que nos sucede, como si no hubiese otros problemas en este mundo. Piensa en las personas que padecen más que tú y la situación adquirirá una nueva perspectiva.

"No envidiemos a los que están situados por encima de nosotros; las cosas que parecían más excelsas se derrumbaron."
SENECA

jueves, 11 de diciembre de 2008

el perdon - segunda parte

Sanar las heridas emocionales
Perdonar no tiene nada que ver con aceptar el hecho perverso que nos hirió, ni ponernos a tiro de ser nuevamente lastimados. Sólo se trata de desvincularnos de manera genuina de nuestras heridas emocionales. Perdonando en silencio, intimamente, sin esperar que nadie lo comprenda. Perdonando no le hacemos un favor a quienes nos humillaron... los grandes beneficiados somos nosotros.
Perdonar nos permite soltar las heridas del pasado que nos provocan sufrimiento hoy. Perdonar significa contactarnos con nuestro auténtico Poder interior. Perdonando recomponemos nuestro cuerpo y suavizamos nuestros pensamientos y carácter.
Por supuesto que nuestro ego se resistirá una y otra vez mostrándonos al perdón como una señal de debilidad y una de las acciones menos atractivas de encarar. Pretender perdonar desde la mente es prácticamente imposible. La mente es territorio del ego. Abrirnos sinceramente a la posibilidad de perdonar nos contactará con nuestro corazón, que sí sabe perdonar.
El perdón de "boquilla", no tiene sentido. Es autoengañarse y casi siempre lo único que nos aporta es la auto decepción al darnos cuenta que el rencor sigue intacto aunque maquillado; tal vez por que sólo cumplimos con un acuerdo social, familiar o religioso.
Perdonar no significa que nos someteremos nuevamente al desequilibrio emocional de quien nos lastimó. Tampoco implica correr a abrazarlo. Si esta expresión de amor surge de manera natural, bienvenida sea. Si hay un sentimento genuino hacia esa persona, la relación crecerá. Si lo único que nos unía era nuestro rencor, el perdón nos liberará y continuaremos con nuestro camino con menos carga. Perdonar significa poder observar nuestros vínculos y relaciones con mayor claridad.
Cuando por orgullo nos negamos la posibilidad de perdonar, otorgamos poder sobre nuestras vidas a los demás mediante el rencor y el resentimiento.
Y para terminar ¿cómo hacerlo? Creo que una sincera y entera disposición a perdonar es suficiente. Nuestro Poder interior se encargará de guiarnos hacia nuestro objetivo.
Seguir obstinadamente aferrándonos a nuestros rencores y deseos de vengaza no tiene sentido. Parece ser que el amor es siempre la respuesta. Y uno de los caminos que conduce al amor es el perdón.

"A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho."
Jacinto Benavente

"Ellos son el primer motivo de todos tus problemas, son la principal causa de errores y fracasos, son como un cáncer que te corroe el alma. Perdona."
Nelson Tobon

miércoles, 26 de noviembre de 2008

sobre el perdon - primera parte

Primer obstáculo o el que no perdona se jode.

Casi todos, en mayor o menor medida, hemos atravesado situaciones en las que alguien nos ha lastimado. Algunos de estos daños pueden ser reales o imaginarios, pero en realidad eso mucho no importa. Las dos posibilidades ocasionan estragos en nuestras vidas. El rencor se apodera de nosotros. Los buenos momentos se degradan con solo recordar algún hecho o persona del pasado: ¡Hijo de puta, cómo pudiste hacerme eso!
En algunos casos nos negamos la posibilidad de perdonar, sin darnos cuenta que los grandes perjudicados somos nosotros.
Innumerables veces podemos perder la calma y la compostura con solo recordar una persona o situación. Nos cambia el humor y la cara cuando nos cruzamos en la calle con alguien que nos hirió hace muchísimo tiempo. Perdemos el sueño, las ganas de comer y la sonrisa. Muchos de nosotros recorremos hechos pasados, momentos en los que nos sentimos heridos y regresamos al presente enojados, llenos de ira, muchas veces con la triste posibilidad de trasladar ese mal-estar, y descargarnos con alguien que no tiene nada que ver con esa añeja situación. Algunos de nosotros deambulamos por la vida en una eterna y lastimosa procesión de quejas y deseos de venganza. Resistirnos a perdonar nos va consumiendo poco a poco. Se alimenta básicamente de nuestra alegría y tranquilidad. Por otra parte revolcarnos en el daño que nos causaron los demás nos impide reconocer nuestras propias faltas.

Podemos leer en el libro 12/12:
"No obstante, estos obstáculos son sin duda realidades. El primero, y uno de los más difíciles de superar, tiene que ver con el perdón. En cuanto empezamos a pensar en una relación rota o retorcida con otra persona, nos ponemos emocionalmente a la defensiva. Para evitar mirar los daños que hemos causado a otra persona, nos enfocamos con resentimiento en el mal que nos ha hecho. Nos resulta aun más fácil hacerlo si, en realidad, esta persona no siempre se ha comportado bien. Triunfantes, nos aferramos a su mala conducta, convirtiéndola en el pretexto ideal para minimizar o ignorar nuestra propia mala conducta.
En este preciso instante tenemos que echar el freno. No tiene mucho sentido que seamos nosotros quienes tiremos la primera piedra. Recordemos que los alcohólicos no son los únicos aquejados de emociones enfermas. Además, por lo general, es un hecho innegable que nuestro comportamiento cuando bebíamos ha agravado los defectos de otras personas. Repetidamente hemos agotado la paciencia de nuestros más íntimos amigos, y hemos despertado lo peor en aquellos que nunca nos tenían en muy alta estima. En muchos casos, estamos en realidad tratando con compañeros de sufrimiento, gente cuyos dolores hemos aumentado. Si ahora nos encontramos a punto de pedir el perdón para nosotros mismos, ¿por qué no empezar perdonándolos a todos ellos?"
(Libro 12 Pasos 12 Tradiciones - Página 76 - Octavo Paso)

lunes, 24 de noviembre de 2008

octavo paso

Una aventura fascinante: aprender a vivir con los demás.

Octavo Paso A.A.: "Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos".

El Octavo Paso, así como el Noveno se enfocan en las relaciones personales. Una vez que dimos una mirada a nuestro pasado, mediante el Cuarto Paso y nos dimos cuenta dónde y cómo hicimos daño. "... hacemos un enérgico esfuerzo para reparar el daño que hemos causado", para desde ahí en más, tratar de tener mejores relaciones con los demás.
Podemos leer en el libro 12/12: ¡Menuda tarea! Tal vez la podemos hacer con creciente destreza, sin jamás acabarla. Aprender a vivir con un máximo de paz, cooperación y compañerismo con todo hombre y mujer, sean quienes sean, es una aventura conmovedora y fascinante. Cada miembro de A.A. se ha dado cuenta de que no puede hacer casi ningún progreso en esta aventura hasta que no se vuelva atrás para repasar, minuciosa y despiadadamente, los desechos humanos que ha dejado en su trayectoria. Hasta cierto grado, ya lo ha hecho al hacer su inventario moral, pero ahora ha llegado el momento de redoblar sus esfuerzos para ver a cuántas personas ha lastimado y de qué manera. El volver a abrir estas heridas emocionales, algunas viejas, otras tal vez olvidadas, y otras más todavía supurando dolorosamente, podrá parecernos al principio una intervención quirúrgica innecesaria e inútil. Pero si se comienza con buena voluntad, las grandes ventajas de hacerlo se manifiestan con tal rapidez que el dolor se irá atenuando conforme se vaya desvaneciendo un obstáculo tras otro". (12 Pasos 12 Tradiciones; pags. 75-76; Octavo Paso).
Personalmente este Paso fue un fuerte obstáculo. Montones de justificaciones y negaciones acudían a mi mente para rechazar una y otra vez la dupla del Octavo y Noveno Paso. Mi orgullo y mi temor comenzaron a ceder, solamente cuando me abrí a la posibilidad de romper el aislamiento con mis semejantes. Mi pasado era un catálogo en blanco y negro de relaciones rotas y deterioradas, con un equipaje repleto de resentimientos, culpas, justificaciones y una muy devaluada visión de los demás. Todo esto con un resultado que crecía día a día: un marcado aislamiento de las demás personas. Hasta que al fin comencé a darme cuenta que el único perjudicado era yo. Mis resentimientos y mi culpa estaban presentes en todo momento, amargándome la vida. Desconfianza, mal humor, estallidos y desbordes emocionales contaminaban constantemente mis días. Y así poco a poco comenzó a crecer en mí la necesidad de hacerme responsable de mis historia y dejar de jugar a ser la eterna víctima. Recién ahí, no muy convencido por cierto, me dispuse a reparar los daños.

viernes, 21 de noviembre de 2008

la lista del octavo paso

Antes de abordar el Octavo Paso de Alcohólicos Anónimos, veamos la cuestión de la lista de personas a quienes habíamos ofendido.

En el enunciado del Paso 8 podemos leer:
"Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos".

Los autores del Libro Grande escribieron: "Hicimos una lista..." Algunos de nosotros al disponernos a realizar este Paso podemos pensar que tenemos que confeccionar un listado con las personas que ofendimos con nuestra conducta... pero en realidad no es así.

La lista para el Paso Ocho ya la tenemos. En nuestro Cuarto Paso realizamos una lista de personas con las que estábamos resentidos. Esa es la lista que utilizaremos.

Si aún tenemos dudas sobre esta cuestión, podemos leer en la página 71 del Libro Grande(segundo párrafo - Capítulo 6 "En Acción): "Tenemos una lista de personas a las que hemos perjudicado y estamos dispuestos a reparar esos daños. La hicimos al hacer nuestro inventario. Nos sometimos a una autoevaluación drástica. Ahora vamos a nuestros semejantes y reparamos el daño que hemos causado en el pasado".

En los próximos post veremos como se nos sugiere a través de la experiencia escrita de A.A. realizar el Octavo Paso.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

dejar que las cosas sucedan

Intentar controlar la vida o intentar controlar a otras personas es actuar fuera de la experiencia espiritual, lejos de nuestro Ser. Cuando dejamos en el suelo ese pesado equipaje que es la necesidad de controlar todo y a todos, la vida se despliega con mayor fluidez. Tal vez sea importante darnos cuenta que lo espiritual no tiene nada que ver con controlar personas y situaciones. No tiene nada que ver con manipular arbitrariamente la vida. Es experimentar la vida tal como es.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Concedernos serenidad

Este post se lo dedico con cariño y respeto a la Sra. Mónica de Sant Feliu de Guixols - Catalunya - España (Blog: El racó de la serenitat / El rincón de la serenidad, Lugar de encuentro de alcohólicos, familiares y amigos). http://www.alcoholicsifamiliars.blogspot.com

Sigue el Tao
O lo que es lo mismo, fluye con tu realidad de la manera más suave posible. Ante cualquier adversidad en lugar de chocar contra ella, intenta pensar de que manera puedes aprovechar esa circunstancia en tu beneficio.

SI NO PUEDES CON ELLO, FLUYE CON ELLO.
Proverbio Zen

Imagínalo
Tu vida actual es de una determinada manera, pero siempre ten en cuenta que podría ser muy diferente. Dedica algunos minutos diarios a imaginar como deseas que sea tu vida, tu trabajo, tus relaciones. Luego pregunta a tu sabiduría interior qué es lo que puedes hacer para conseguirlo.

LA IMAGINACION ES MAS IMPORTANTE QUE EL CONOCIMIENTO
Albert Einstein

domingo, 9 de noviembre de 2008

aceptacion aqui y ahora

Si nos aceptáramos exactamente tal como somos, podríamos comprendernos y perdonarnos, para recién ahí iniciar el tan deseado proceso de cambio. Aceptando lo peor de nosotros, sin "victimizarnos" echándole la culpa a los demás y sin resistirnos obstinadamente a las dificultades actuales.

Aceptarnos, comprendernos, perdonarnos y dejar de echar la culpa a los demás. Hacernos responsables de todas las dificultades.

Dice el Libro Grande en la página 58: "Así es que nuestras dificultades, creemos son básicamente producto de nosotros mismos, surgen de nosotros, y el alcohólico es un ejemplo extremo de la obstinación desbocada, aunque el piense que no es así".

Cuando logramos aceptarnos tal cual somos, y hacernos cargo de todas nuestras dificultades sin echar culpas, no generamos resentimientos con los demás y asumimos la responsabilidad de nuestra experiencia.

Muchos de nosotros vivimos atormentándonos constantemente con frases del tipo: ¿No puede ser, a mí siempre me pasa lo mismo!, y generalmente se nos ocurre como solución el famoso: ¡Tengo que cambiar, tengo que cambiar! para finalmente "no cambiar nada". Sin darnos cuenta que el proceso de cambio se inicia con la aceptación de lo que somos y lo que nos sucede.

Con nuestra forma de beber sucedió lo mismo. Mientras nos resistíamos, intentando controlar la copa, o justificabamos nuestra manera de beber, echándole la culpa a los demás y a las circunstancias, la mayoría de nosotros fracasó. Cuando al fin aceptamos que éramos impotentes ante el alcohol y nos rendimos, por fin pudimos comenzar a superar la obsesión por la bebida.

viernes, 7 de noviembre de 2008

el a.a. numero tres

De Eddie R, un "espantoso borracho" a Bill D., el "Sr. Serenidad".

Desde el último trago del Dr. Bob, los co-fundadores, de lo que con el tiempo se llamaría Alcohólicos Anónimos, dedicaron todos su esfuerzos a conseguir otro borracho para "ponerlo en orden".

En el libro "El Dr. Bob y los buenos veteranos" podemos leer lo siguiente:

"Con su último trago en el estómago y la idea del servicio en su corazón, el Dr. Bob, junto a Bill, estaba ansioso de encontrar a otro borracho para "ponerlo en orden", como ellos decían en aquellos días".

"Mientrás que la liberación de Bill del deseo de beber había sido inmediata, la del Dr. Bob no lo fue. Según él mismo lo contó, la obsesión estuvo casi siempre presente durante sus primeros dos años y medio de sobriedad, aunque añadía: "En ninguna parte y en ningún momento estuve a punto de ceder".

Por esta razón, según la teoría de Bill W., su socio se dedicó con tanto ahínco a ayudar a otros alcohólicos. Dr. Bob encontró mientrás intentaba ayudar a otros borrachos, el mejor camino para permanecer sobrio.

En esos primeros días "sin alcohol" de Dr. Bob, un ministro religioso (J. C. Wright) les mandó a Bill y Bob "un espantoso borracho". Su nombre era Eddie R. A continuación transcribo la experiencia de los co-fundadores con este difícil prospecto:

"Este fue Eddie R., que vivía calle abajo. Eddie los tenía entusiasmados durante un minuto y los desesperaba al siguiente. Trabajaron con él a lo largo del verano de 1935. Por las historias que acerca de él se contaban, Eddie podría haber sido capaz de conservar sobrio a un ejército. Probablemente él era justo lo que necesitaba.

Bill y el Dr. Bob aprendieron mucho sobre lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer en el trabajo del Duodécimo Paso al intentar que Eddie alcanzara la sobriedad, y Bill lo describió entonces como que era "capaz de producir una crisis grande de alguna clase cada tercer día".

"En sus cartas a Lois, Bill decía que Eddie era un alcohólico ateo, y su recuperación estaba destinada a "causar una gran sensación". Bob Smith y yo comenzamos a trabajar con este personaje el miércoles, hace una semana, y dejó de beber. El y su esposa hicieron una rendición. Empezó a dar testimonio con sus acreedores y estaba cambiando muy rápidamente".

"Llegó el domingo, "escribió Bill", y por primera vez comió fuerte. ¿Te acuerdas lo nervioso y deprimido que yo solía ponerme cuando dejé de beber y comía alimentos pesados? En este caso, el resultado fue una manía depresiva temporal, y corrió a suicidarse, lo que ya había intentado antes, habiéndosele dado entonces un lavado estomacal justo a tiempo".

"En esta ocasión Eddie se encaminó a los muelles de Cleveland. Pero antes de saltar, tomando una preocupación que no es rara entre los alcohólicos, llamó a los Smith y les informó de sus planes para terminar con todo".

Eddie fue "rescatado" de los muelles por Bill y Bob e internado en el hospital. Nuevamente Eddie pareció enganchado con la abstinencia, lo que generó gran expectativa en Bill, Bob y los doctores del hospital. Los miembros del grupo Oxford también estaban "maravillosamente" sorprendidos por la abstinencia de Eddie.

Pero pocos días despues, la "nueva maravilla" estaba borracho otra vez. Bill sintetizaba lo frustrante de la situación con Eddie R. de esta manera: "a veces es tan desesperante que hemos estado a punto de internarlo en un manicomio".

Eddie puso a prueba la paciencia de Bill y Bob. Fue eprotagonista de muchos problemas y situaciones desagradables. En algunas oportunidades encerraban bajo llave a Eddie en un cuarto del segundo piso de la casa de Dr. Bob en un esfuerzo por mantenerlo alejado del alcohol. Eddie se escapaba por el tubo de desague y se encaminaba "alegremente" calle arriba con Billl W. y Dr. Bob tras de él.

Poco tiempo después Eddie R. perdió su casa y fue a vivir con su esposa a lo de Dr. Bob. Eddie y su mujer peleaban contantemente, y Eddie la golpeaba.

Bob describía a Eddie como "un caso mental entre lo normal y lo subnormal, y un depresivo", al igual que un alcohólico confirmado. Ellos lo alimentaban con bicarbonato de soda, que le restauraba temporalmente su cordura, pero tan pronto como dentro de él tenía una comida, le regresaba la locura".

En una oportunidad persiguió a la esposa de Bob (Anne) con un cuchillo de cocina, después de haber comido y bebido sandwiches de atún y café. El Dr. Bob, cuando relataba este hecho decía que Eddie "debe haber sido alérgico al atún". Al poco tiempo Bill y Bob "pensaron que quizá Eddie R. no era la persona adecuada para trabajar con él".

Así es que mientrás intentaban convencer a Eddie R. de dejar de beber, decidieron buscar otro alcohólico para trabajar con él al mismo tiempo.

Bob se contactó con la Sra. Hall, enfermera de admisiones del Akron City Hospital:

"La Sra. Hall tenía un prospecto: "un caballero". Era un abogado que había estado seis veces en el hospital durante los cuatro meses anteriores. Cuando estaba bebido se alocaba en una forma salvaje y acababa de golpear a dos enfermeras. En ese momento lo tenían fuertemente amarrado con correas. En alguna parte de la conversación, ella pronunció esas palabras familiares: "Es una gran tipo cuando está sin beber".

"Este era Bill D., que se convertiría en el A.A. Número tres: "el hombre de la cama". Y fue realmente un gran tipo cuando estuvo sobrio. Los miembros del área de Akron que ahora tienen 30 ó 35 años de sobriedad, lo recuerdan como una de las personas más atractiva que han conocido".

"Si ibas con él en busca de ayuda, te daba ayuda, deliberaba contigo, nunca manejaba un coche, pero iba a las juntas todas las noches. Se ponía por ahí de pie con los pulgares dentro de los bolsillos de su chaquetín como si fuera un coronel de Kentucky. Y hablaba tan despacio, que querías acercártele y arrancarle las palabras de la boca. Me encantaba estar en donde él estaba. Te hacía ver lo que era un verdadero individuo de "Tómalo con Calma"... el Sr. Serenidad".

Termino este post diciendo que el alocado Eddie R., finalmente alcanzó la sobriedad. Una de las secretarias de Bill W. que conoció a Eddie cuando ya estaba sobrio por algunos años se preguntaba: "¿cómo pudo ser posible que este hombre sereno, de suaves maneras causara todos esos problemas?".

La historia completa de Bill D., el A.A. Número Tres, está en el libro "Alcohólicos Anónimos" en la página 167.

Todas las citas de este post son del libro "El Dr. Bob y los Buenos Veteranos"; capítulo VII: Llega el A.A. Número Tres - pag. 80. Reimpreso con permiso de A.A. World Services, Inc.

jueves, 6 de noviembre de 2008

el valor de desinflar el ego

Algo más sobre el Séptimo Paso:

"Cuando por fin admitimos sin reserva que somos impotentes ante el alcohol, es muy posible que demos un suspiro de alivio, diciendo: "Gracias a Dios, eso se acabó. Nunca tendré que volver a pasar por eso". Luego, y a menudo para nuestra gran consternación, llegamos a darnos cuenta de que sólo hemos atravesado la primera etapa del nuevo camino que andamos. Todavía espoleados por la pura necesidad con desgana, nos enfrentamos con aquellos graves defectos de carácter que originalmente nos convirtieron en bebedores problema, defectos que tenemos que intentar remediar para no volver a caer de nuevo en el alcoholismo". (Libro 12 Pasos 12 Tradiciones; pag. 70 - Séptimo Paso).

Si prestamos atención al párrafo anterior nos damos cuenta que una vez más se nos dice que nuestra (anormal) manera de beber es solamente un síntoma, y que los verdaderos "detonantes" de la obsesión alcohólica son nuestros defectos de carácter. Esto nos puede llevar a comprender la importancia del Séptimo Paso. Una vez que hemos identificado y aceptado nuestras deficiencias realizando un minucioso inventario, humildemente le pedimos a nuestro Poder superior que nos libere de nuestros defectos.

Sabemos, aunque nos enoje y nos duela, que nuestros defectos de carácter hicieron y hacen de nuestra vida un desastre (aunque estemos sin alcohol). Una y otra vez se repiten nuestros errores y frustraciones ¿Para qué seguir cosechando frustraciones, malas relaciones y un constante y creciente malestar interior? Y siempre, en el caso del alcohólico, con el agravante que las causas de nuestra terrible relación con el alcohol, seguirán intactas y en aumento. ¿Por que no intentar ser humildes una vez más, reconociendo y aceptando nuestros errores?, y pedir humildemente a nuestro Poder superior que nos ayude a liberarnos de nuestros defectos de carácter.

Este Paso contiene, a partir del desinflamiento del ego, el potencial de acercarnos a la genuina libertad de espíritu y a una merecida tranquilidad interior.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

septimo paso de a.a.

El Séptimo Paso dice en su enunciado: "Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos".

Este Paso es directo. Consiste en una oración que encontraremos en el primer párrafo de la página 71 del Libro Grande, y dice lo siguiente:

"... Creador mío, estoy dispuesto a que tomes todo lo que soy, bueno y malo. Te ruego que elimines de mi cada uno de los defectos de carácter que me obstaculizan en el camino para que logre ser útil a Tí y a mis semejantes. Dame la fortaleza para que al salir de aquí, cumpla con Tu Voluntad. Amén".

Según los autores del Libro Grande, con la anterior oración "hemos completado el Séptimo Paso".

Si bien este Paso al igual que el anterior son desarrollados en el libro Alcohólicos Anónimos de manera muy breve, no subestimemos su importancia. Son las herramientas que nos permitirán lograr una mejoría gradual con nuestros defectos de carácter, para así establecer una mejor sintonía (contacto consciente) con nuestro Poder superior.

Los defectos de carácter: resentimientos, miedos, culpas, etc., INTERFIEREN en ese contacto consciente. Cuando emitimos en frecuencias bajas a través de nuestras debilidades, las consecuencias desagradables hablan por sí mismas.

Cuanto más debilidades soltemos, más fluído será nuestro contacto consciente con lo Superior. A medida que comprendamos los beneficios de que un Poder superior nos libere de los defectos de carácter, tendremos la oportunidad de relajarnos y no vivir forzando situaciones o personas a través de nuestro ego.

martes, 21 de octubre de 2008

serenidad: inspiraciones

Elaborar un plan diario
Más que agobiarte por todo lo que te queda por hacer, organiza un plan diario (realista) con las tareas que necesitan una atención urgente. No olvides incluir en la orden del día un par de horas de ocio o descanso.

"SI TIENES PLANES PARA MAÑANA, TEN CUIDADO HOY"
Anónimo

Busca alternativas
Si estás en un apuro, no pierdas el tiempo y la energía, maldiciendo tu mala suerte. Piensa en positivo y elabora una lista de recursos o alternativas que puedas poner en práctica hoy mismo. Un camino a seguir es probablemente todo lo que necesitas.

"EN TODAS LAS COSAS HUMANAS, CUANDO SE EXAMINAN DE CERCA, SE DEMUESTRA QUE NO PUEDEN APARTARSE LOS OBSTACULOS SIN QUE DE ELLOS SURJAN OTROS"
Maquiavelo

sábado, 18 de octubre de 2008

humildad: nuestra justa dimension

Verme reducido a mi justo tamaño y proporción...
En los post anteriores veíamos que Bill nos alertaba del orgullo espiritual y de la perfección imaginaria; además de mostrarnos como obstáculos para el progreso espiritual la rebeldía, la culpa y la soberbia. En el librito "Lo mejor de Bill", nos dice que la humildad es un punto intermedio entre esos picos emocionales, y describe a la humildad como un lugar sereno.

"Esta es la razón por la que considero la humildad para hoy como una postura intermedia segura, entre estos violentos extremos emocionales. Es un lugar tranquilo, donde puedo mantener suficiente equilibrio y una perspectiva suficientemente amplia como para dar el próximo paso en el camino claramente señalizado que nos lleva a los valores eternos".

Después usa su mejor definición de humildad, solamente para tenerla como guía y medida en sus inventarios, para de esta manera ser consciente del verdadero lugar que ocupa en el camino espiritual.

"Por ejemplo, estoy convencido de que debo tratar de formular la mejor definición de la humildad que yo pueda imaginar. Esta definición no tiene que ser consumadamente perfecta, sólo se me pide que lo intente. Imaginemos que elija la siguiente: "La humildad perfecta sería un estado de total liberación de mí mismo, una liberación de todas las pesadas exigencias que ahora me imponen mis defectos de carácter. La humildad perfecta sería una plena disposición, a toda hora y en todo lugar, a conocer y hacer la voluntad de Dios".

"Al meditar sobre esta visión, no debo sentirme descorazonado ante la certeza que nunca la alcanzaré, ni debo hincharme con la presunción, de que algún día poseeré todas sus virtudes".

"Lo único que debo hacer es contemplar esta imagen, y dejarla seguir creciendo y llenándome el corazón. Al haberlo hecho, puedo comparar el resultado con el de mi último inventario. De esta manera puedo formarme una idea sana y cuerda de dónde me encuentro en el Camino de la Humildad. Veo que apenas he comenzado mi viaje hacia Dios. Al verme reducido a mi justo tamaño y proporción, mi vanidad y engreída preocupación por mí mismo me parecen cosas de risa. Va creciendo la seguridad de que tengo un lugar en este camino; de que puedo seguir avanzando con una tranquilidad y una confianza cada vez más profundas. Vuelvo a ver que Dios es bueno; a saber que no he de temer a ningún mal. Este es un gran don, esta certeza de que tengo un destino". (del libro "Lo mejor de Bill", Humildad: La humildad para hoy - Junio de 1961).

viernes, 17 de octubre de 2008

la humildad: una guia segura

Antes del Séptimo Paso tengamos en cuenta que:
"En el Séptimo Paso efectuamos el cambio de actitud que nos permite, guiados por la humildad, salir de nosotros mismos hacia los demás y hacia Dios. El Séptimo Paso pone todo su énfasis en la humildad. En realidad, nos dice que ahora debemos estar dispuestos a intentar conseguir, por medio de la humildad, la eliminación de nuestros defectos, al igual que hicimos cuando admitimos que éramos impotentes ante el alcohol y llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio. Si ese grado de humildad podía hacernos posible encontrar la gracia suficiente para desterrar tan mortal obsesión, entonces cabe esperar los mismos resultados respecto a cualquier problema que podamos tener". (Del libro 12 Pasos 12 Tradiciones; páginas 73-74; Séptimo Paso)

Lo anterior refleja la esencia del Séptimo Paso: liberarnos de nuestros defectos de carácter con el mismo "método" que utilizamos para librarnos de nuestra obsesión por el alcohol, y "recuperar el sano juicio". La humildad es una guía segura para este objetivo. Humildad para reconocer y aceptar nuestras debilidades y para mantenernos a distancia del orgullo espiritual y de la perfección imaginaria. El inventario continuo parece ser la herramienta más eficaz para detectar la rebeldía, la culpa y la soberbia que son las contracara de la humildad. Sobre el inventario y la humildad Bill W. escribió lo siguiente en el librito "Lo mejor de Bill, Humildad: La humildad para hoy":

"Naturalmente, es muy probable que nuestros primeros intentos de hacer un inventario de este tipo resulten poco realistas. Yo era el campeón del autoanálisis poco realista. Sólo quería considerar esos aspectos de mi vida que me parecían buenos, y luego exageraba las virtudes que creía haber logrado y me felicitaba por el magnífico trabajo que estaba haciendo. De este modo, este autoengaño inconsciente siempre servía para convertir mis pocos logros en graves impedimentos. Este fascinante proceso siempre era muy agradable, y generaba en mí una tremenda avidez de mayores "logros" y más aplausos. Estaba recayendo en las viejas costumbres de mis días de bebedor. Tenía las mismas metas de antaño: el poder, la fama y los aplausos. Además, podía valerme de la mejor excusa que se conoce: la excusa espiritual. Ya que tenía un verdadero objetivo espiritual, estas sandeces siempre me parecían apropiadas".

Un poco más adelante, Bill nos dice lo siguiente: "En aquel entonces, no me preocupaba mucho por esos aspectos de mi vida en los que me encontraba estancado. Siempre tenía la excusa: "Tengo otras cosas mucho más importantes a las que dedicarme". Con eso tenía la receta casi ideal para la comodidad y la autosatisfacción.

Pero en ocasiones, me veía simplemente obligado a considerar ciertas situaciones en las que, a primera vista, me estaba yendo muy mal. Enseguida surgía en mí una vehemente rebeldía y me lanzaba una frenética búsqueda de excusas. "Estos", me decía, "son los pecadillos de un hombre recto". Cuando este artilugio predilecto ya no me sirvió más, me decía: "Si esa gente me tratase bien, no tendría que comportarme así".

Más adelante, en el mismo texto, Bill continúa diciendo: "Cuando estas dificultades finalmente me dejaban agotado, todavía me quedaba otra escapatoria. Me sumía en la ciénaga de la culpabilidad. Allí la soberbia y la rebeldía cedían paso a la depresión. Aunque había numerosas variaciones, mi tema principal era, "¡Que mala persona soy!". Así como la soberbia me había hecho magnificar mis humildes logros, la culpabilidad me hacía exagerar mis defectos. Iba corriendo de un lado a otro, confesándolo todo (y mucho más) a quien me escuchara. Por extraño que parezca, creía que, al actuar así, estaba manifestando una gran humildad, que consideraba como mi única y última virtud y consolación".

"Al pasar por estos arranques de culpabilidad, nunca sentía la menor lástima por los daños que había causado, ni tenía ninguna intención auténtica de hacer las enmiendas que pudiera. Nunca se me ocurrió la idea de pedirle a Dios que me perdonara, y aún menos, de perdonarme a mí mismo. Huelga decir que mi principal defecto, la soberbia y la arrogancia espirituales, no era sometido a ningún análisis. Yo había tapado la luz que me hubiera permitido verlo".

Hasta aquí el co-fundador de A.A. nos alerta con detalle sobre la rebeldía, la culpa y la soberbia, y los describe como obstáculos (muchas veces inconscientes) que confundirán y anularan nuestra intención de liberarnos de nuestros defectos.

jueves, 16 de octubre de 2008

humildad para hoy

No somos santos...

Antes de abordar el Séptimo Paso, veamos algunos comentarios de Bill W. sobre la humildad. Podemos darnos cuenta del énfasis que Bill pone para alertarnos de lo peligroso que puede ser el orgullo espiritual y la perfección imaginaria.

"Para nosotros los seres humanos la humildad absoluta es imposible. Lo mejor que podemos esperar es apenas vislumbrar el significado y esplendor de este perfecto ideal. Como dice nuestro libro Alcohólicos Anónimos: "No somos santos... lo que pretendemos es el progreso espiritual". Sólo Dios puede manifestarse en lo absoluto; los seres humanos tenemos que vivir y desarrollarnos en el ámbito de lo relativo. Aspiramos a conseguir la humildad para hoy.

Por lo tanto, nuestra pregunta es la siguiente: "¿Qué queremos decir exactamente con "humildad para hoy", y cómo sabemos que la hemos encontrado?"

Nadie tiene que recordarnos que la culpabilidad o la rebeldía excesivas conducen a la pobreza espiritual. Pero tardamos mucho en darnos cuenta de que el orgullo espiritual nos podría empobrecer aún más. Al vislumbrar por primera vez lo espiritualmente orgullosos que podíamos ser, los pionerose de A.A. acuñamos esta expresión: "¡No trates de ser perfecto para el jueves!" Esta vieja amonestación puede parecer una más de aquellas coartadas convenientes que sirven para dispensarnos de hacer el mejor esfuerzo posible. Pero una mirada más detenida nos revela justamente lo contrario. Esta es la forma en que los A.A. nos advierten del peligro de la ceguera del orgullo, y de las perfecciones imaginarias que no poseemos".

"Ahora que ya no frecuentamos más los bares y los burdeles, y que llevamos a casa nuestra paga; ahora que participamos activamente en A.A., y que la gente nos felicita por este progreso, naturalmente, empezamos a felicitarnos a nosotros mismos. Pero puede que todavía nos encontremos muy lejos de la humildad. Muy a menudo, aunque mis intenciones eran buenas, he actuado mal, diciendo o pensando: "Yo tengo razón y tú no la tienes"; "Mi plan es correcto, el tuyo equivocado"; "Gracias a Dios que tus pecados no son los míos"; "Estás perjudicando a A.A. y te voy a parar en seco"; "Cuento con la orientación de Dios, así que Dios está de mi lado". Y un sinfín de cosas similares".

"Lo alarmante de la ceguera del orgullo es la facilidad con la que se puede justificar. Pero no tenemos que buscar muy lejos para encontrar evidencia de que esta engañosa clase de autojustificación es lo que universalmente destruye la armonía y el amor. Es lo que enemista a una persona con su semejante, a una nación contra la otra. Valiéndonos de la autojustificación, podemos hacer que toda clase de locura y violencia parezca buena e incluso respetable. Huelga decir que no nos corresponde a nosotros condenar. Lo único que tenemos que hacer es examinarnos a nosotros mismos".

Más adelante Bill escribe: "... me enseña claramente que puedo lograr la "humildad para hoy" únicamente en la medida en que evite la ciénaga de la culpabilidad y la rebeldía, y esa hermosa pero engañosa tierra donde se hallan desparramadas las monedas de la soberbia. De esta manera, puedo encontrar y seguir andando por el Camino de la Humildad que se extiende entre una y otra. Por lo tanto, siempre es apropiado hacer un inventario que me pueda indicar que me he desviado del camino".

Hasta aquí Bill nos sugiere no perder de vista la culpabilidad, la rebeldía y la soberbia para no perder el rumbo hacia nuestro ideal de humildad; siempre enfocados en lograr una "mejoría gradual" con respecto a nuestros defectos de carácter, lejos de la perfección imaginaria.
(Del librito "Lo mejor de Bill" - Humildad: Humildad para hoy (junio 1961).

martes, 7 de octubre de 2008

test de alcoholismo

¿Tengo problemas con el alcohol? ¿Mi manera de beber no es normal?
Lo que sigue es un Test de 12 preguntas diseñadas y utilizadas por Alcohólicos Anónimos. Generalmente se le entrega al "recién llegado" para que a través de un cuestionario, pueda establecer que tipo de relación tiene con el alcohol. Tenga en cuenta que en dicho cuestionario está volcada la experiencia de miles de alcohólicos enfocados en la recuperación del alcoholismo a lo largo de más de setenta años. Es un elemento sumamente eficaz (si se lo utiliza con cierto grado de sinceridad) para romper la "negación".


¿ES A.A. PARA USTED?

1. ¿Ha tratado alguna vez de dejar de beber durante unas semanas o más, sin haber podido cumplir el plazo?
La mayoría de los A.A. hicimos todo tipo de promesas a nosotros mismos y a nuestras familias. No pudimos cumplirlas. Luego llegamos a A.A. y A.A. nos dijo: Trate de no beber hoy (si no bebe hoy, hoy no se emborrachará).

SI - NO

2. ¿Le fastidian los consejos de otras personas en cuanto a su forma de beber; le gustaría que dejasen de entrometerse en sus asuntos?
En A.A. no decimos a nadie lo que tiene que hacer. Hablamos simplemente de nuestras experiencias con la bebida, los líos en que nos metimos y como logramos dejar de beber. Nos agradaría ayudarle si así lo desea.
SI - NO

3. ¿Ha cambiado de una clase de bebida a otra con objeto de evitar emborracharse?
Intentabamos multitud de trucos. Nos hacíamos bebidas suaves. Tomábamos solamente cerveza. No tomábamos cócteles. Bebíamos solamente los fines de semana. Todo lo que se pueda imaginar, ya lo hemos probado. Pero si tomábamos algo que contuviera alcohol, generalmente acabábamos por emborracharnos.
SI - NO

4. ¿Se ha tenido que tomar algún trago al levantarse por la mañana durante al año pasado? ¿Necesita un trago para ponerse en marcha, o para quitarse los temblores?
Esto es una indicación bastante segura de que usted no es un bebedor "social".
SI - NO

5. ¿Tiene envidia de las personas que pueden beber sin meterse en líos?
Casi todos nosotros nos hemos hemos preguntado alguna vez por qué no somos como la mayoría de la gente, que pueden realmente tomarlo o dejarlo.
SI - NO

6. ¿Ha tenido algún problema relacionado con la bebida durante el año pasado?
¡Sea sincero! Los médicos dicen que si se tiene un problema con el alcohol y se sigue bebiendo, el problema va a empeorar, nunca a mejorar. Al final, morirá, o acabará en una institución para pasar confinado lo que le quede de vida. La única esperanza está en dejar de beber.
SI - NO

7. ¿Ha causado su forma de beber dificultad en casa?
Antes de llegar a A.A. casi todos solíamos decir que lo que nos impulsaba a beber eran nuestros problemas familiares, o las personas con quienes vivíamos. No se nos ocurrió nunca que la bebida lo hacía todo cada vez peor, que nunca solucionó problema alguno.
SI - NO

8. ¿Trata usted de conseguir tragos "extras" en las fiestas, por temor de no tener suficiente?
La mayoría de nosotros solíamos tomarnos "unos cuantos" tragos antes de ir a una fiesta si creíamos que no nos iba a bastar la ración. Y si no nos servían con la suficiente rapidez, íbamos a otra parte para conseguir más.
SI - NO

9. ¿Persiste usted en decir que puede dejar de beber en el momento que quiera, a pesar de que sigue emborrachándose cuando no quiere?
Muchos de nosotros nos engañábamos, diciendo que bebíamos porque queríamos beber. Después de unirnos a A.A., llegamos a saber que una vez que empezábamos a beber, no podíamos parar.
SI - NO

10. ¿Ha faltado a su trabajo o a la escuela a causa de la bebida?
Muchos de nosotros ahora reconocemos que a menudo nos ausentábamos "por estar enfermos" cuando en realidad estábamos con resaca o borrachos.
SI - NO

11. ¿Ha tenido "laguna mentales"?
¿Ha pasado horas o días bebiendo sin poder acordarse de lo que hizo o qué le pasó? Al llegar a A.A. descubrimos que esa era una indicación bastante segura del alcoholismo.
SI - NO

12. ¿Ha pensado que llevaría una vida mejor mejor si no bebiera?
Muchos de nosotros empezamos a beber porque la bebida hacía que la vida nos pareciera más agradable, al menos por algún tiempo. Luego nos sentimos atrapados. Estábamos bebiendo para vivir y viviendo para beber. Estábamos hartos de estar hartos y recurrimos a A.A.
SI - NO

¿Cuál es el resultado?
¿Respondió SI a cuatro (4) o más preguntas?
De ser así es probable que tenga un problema con el alcohol. ¿Por qué decimos esto? Porque miles de miembros de A.A. lo han dicho durante muchos años. La dura experiencia les ha enseñado la verdad respecto a sí mismos. Pero repetimos que solamente usted puede decidir si le parece que A.A. le puede ser útil. Considérelo con mente abierta. Si responde afirmativamente, nos agradaría enseñarle cómo nosotros logramos dejar de beber. No tiene que hacer más que llamarnos.

"Reimpreso del folleto ¿Es AA para usted? con el permiso de AA World Services, Inc."

domingo, 5 de octubre de 2008

encontrando serenidad

A pedido de algunos de ustedes retomo este post que puede resultar útil para alcanzar cierto estado de serenidad.

Escribe tus preocupaciones
Los terapeutas aseguran que los problemas pierden peso cuando son plasmados en una hoja de papel, como si perdieran con el transvase parte de su gravedad. Ten a mano un diario, libreta o cuaderno y descarga en él todas tus preocupaciones.

"LA HISTORIA AFLORA EN EL INCONSCIENTE"
Dorothea Brande

Ríete de todo
... especialmente de ti mismo. Las personas que se toman demasiado en serio son más propensas a padecer ansiedad. La risa en cambio, reduce la hormona del estrés, baja la presión sanguínea y destensa los músculos. Y, además, es un tranquilizante ¡sin efectos secundarios!

"DIOS ES UN COMEDIANTE QUE ACTUA ANTE UNA AUDIENCIA QUE TIENE MIEDO DE REIR"
Voltaire

viernes, 3 de octubre de 2008

Sexto Paso: mejoría gradual

"Por lo tanto, el sexto Paso: "Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos libere de nuestros defectos", es la forma en que A.A. expone la mejor actitud posible que se puede tomar para dar comienzo en este trabajo de toda la vida. No significa que esperemos ver desaparecer todos nuestros defectos de carácter como desapareció nuestra obsesión por beber. Puede que algunos desaparezcan, pero en cuanto a la mayoría de ellos, tendremos que contentarnos con una mejoría gradual. Las palabras claves "enteramente dispuestos" subrayan de que queremos aspirar a lo mejor que conozcamos o que podamos llegar a conocer". (Libro 12 Pasos 12 Tradiciones, pag. 62 - Sexto Paso).

En el párrafo anterior se nos sugiere estar enteramente dispuestos para liberarnos de nuestros defectos de carácter. Esta disposición para hacer lo mejor que podamos es el impulso que nos llevará a liberarnos de nuestros defectos de carácter. Se nos habla de "mejoría gradual" y no de convertirnos en santos para el próximo jueves.
Creo que esta disposición para cambiar tendría que ser una elección personal y no un deber impuesto. Es muy diferente decir "elijo cambiar" a "debo cambiar o tengo que cambiar". Si emprendes este Paso por que te sientes obligado, jamás estarás "enteramente dispuesto" a liberarte de tus debilidades.

En la página 65 del libro 12/12 podemos leer: "Muchos se preguntarán enseguida, "¿Cómo podemos aceptar todas las implicaciones del Sexto Paso? Pues ¡esto es la perfección!" Esta parece ser una pregunta difícil de contestar, pero en la práctica no lo es. Solamente el Primer Paso, en el que admitimos sin reservas alguna que éramos impotentes ante el alcohol, se puede practicar con perfección absoluta. Los once Pasos restantes exponen ideales perfectos. Son metas que aspiramos alcanzar, y patrones con los que medimos nuestro progreso. Visto así, el Sexto Paso sigue siendo difícil pero no imposible. La única cosa urgente es que comencemos y sigamos intentándolo.
Si esperamos poder valernos de este Paso para solucionar problemas distintos del alcohol, tendremos que hacer un nuevo intento para ampliar nuestra mente. Tendremos que levantar nuestra mirada hacia la perfección y estar dispuestos a encaminarnos en esa dirección. Poco importará lo vacilante que caminemos. La única pregunta que tendremos que hacernos es, "¿Estamos dispuestos?"

¿Estamos dispuestos? Si nos encaminamos hacia nuestros ideales de conducta por decisión propia, tengamos en cuenta que habrá muchos momentos en los que estaremos muy lejos de nuestro objetivo. No nos desanimemos y continuemos haciendo con mente abierta "lo máximo que podemos".

Si fallas en tu disposición de ser liberado de tus defectos, o si al medir tu progreso te das cuenta que avanzaste muy poco o casi nada, no te juzgues e intentalo otra vez. Convoca a tu Poder superior para que te oriente y guíe, pide inspiración y podrás lograrlo. Para terminar quiero decirte que los cambios llegan a través del amor hacia uno mismo, no esperes a cambiar para aceptarte y amarte.

martes, 30 de septiembre de 2008

Dónde encontrar Alcohólicos Anónimos

La ayuda de A.A. está disponible gratis y sin ningún tipo de obligación.

Hay grupos A.A. en todas partes del mundo. Usted puede encontrar un grupo en las grandes ciudades, pequeños pueblos y también en áreas rurales.

Busque "Alcohólicos Anónimos" en su guía telefónica local. Si no figura puede obtener información sobre las reuniones locales por medio de médicos, enfermeras, miembros del clero, periodistas, policías y en instituciones de tratamiento que están familiarizadas con el programa de A.A.

Si no logra ponerse en contacto con algún grupo en su lugar de residencia, puede escribir a:

En Argentina:
Oficina de Servicios Generales de A.A. para la República Argentina
Avda. Córdoba 966 - 11º "J" - CP 1054 - Buenos Aires, Argentina
Tel.: (011) 4325-1813 - Fax: (011) 4325-0067
E-mail: osg@aa.org.ar - Web: http://www.aa.org.ar/

En Chile:
Oficina de Servicios Generales - Chile
Bellavista 0330 - Providencia - Santiago de Chile - Región Metropolitana
Fonos: (2) 777 1010 - (2) 777 9015
e-mail: info@alcoholicosanonimoschile.cl

En Asturias (España):
Oficina Servicios Generales
Avda. de Alemania, nº9. 3º Izda. Avilés
Teléfono: 985 566 345 Fax: 985 566 543
http://www.alcoholicos-anonimos.org/

Dirección WEB de Alcohólicos Anónimos en España (habla inglesa):
http://www.aaspain.org/

Dirección Web de AA en Europa:
http://www.aa-europe.net/

El personal de la O.S.G. lo pondrá en contacto con el grupo más cercano a su residencia. Y en caso de no haber grupo, le darán información sobre cómo algunos miembros "solitarios" logran mantenerse sobrios, mediante el programa de A.A.

Cualquiera que acuda a A.A. puede tener la seguridad de que su anonimato será protegido.

Si usted piensa que puede llegar a tener problemas con su manera de beber y desea dejar el alcohol, más de dos millones de A.As. podemos atestiguar que Alcohólicos Anónimos da resultados y que no hay ninguna razón por la que no vaya a darle resultados a usted también.

Sería muy útil, que los compañeros A.A. de otros países envíen a mi e-mail: nagual_juan958@hotmail.com la dirección en su país de las Oficinas Centrales de A.A.; aunque más no sea la dirección electrónica para publicarla en el blog.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Recurrir a un poder interior

Sexto Paso: confianza y humildad.

Si bien el Sexto Paso es desarrollado en el Libro Grande de manera muy corta, su dimensión literaria no refleja la importancia de su práctica.

Supongamos: Llegué hasta este momento cargado con debilidades que me han mortificado durante muchos años, y algunas de ellas han sido detonante de mi manera de beber. Si bien intenté una y mil veces despojarme de esos defectos a fuerza de voluntad, tengo que ser sincero y reconocer que no hubo ningún progreso.

Por ejemplo: Una y otra vez intenté manejar mi ira. Funcionaba durante uno o dos días, tal vez más, y después llegaba el estallido, el desborde total. Otro ejemplo: voy a mi analista y elaboro profundamente la cuestión celos, y ante una llegada tarde de mi pareja se desata una hecatombe!

Disponerse a dejar más espacio para que actúe "algo" superior a nosotros no es fácil. Pero dado el resultado obtenido con el método de razonamiento y fuerza de voluntad, quizá sea hora de recurrir a "algo" superior. Hace falta un pequeño gesto de humildad y aceptar que solo no puedo; que a pesar de haberlo intentado sinceramente cientos de veces, casi siempre termino en la explosión emocional más todos sus "sedimentos": culpa, auto estima por el piso, relaciones rotas, etc.

Entonces... ¿Porqué no intentarlo de otra manera? ¿Porque no recurrir a la humildad (en este caso por desesperación y no por virtud) y a la confianza en "Algo" superior a mí?

Puede parecer difícil, pero dadas las circunstancias...

El Sexto requiere una nueva rendición y la disposición de acceder a un nuevo y poderoso recurso interior.

Lo anterior, por supuesto, es sólo mi punto de vista basado en mi experiencia. Ojalá te sirva. Muchas gracias.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Sexto Paso de A.A.

Continúa la "limpieza interior"

El enunciado del Sexto Paso de Alcohólicos Anónimos dice:
"Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de todos estos defectos de carácter".

Este Paso es básicamente una decisión. Y para tomarla nos hacen una sencilla pregunta: ¿Estamos ahora dispuestos a dejar que Dios elimine de nosotros todas esas cosas que hemos admitido son inconvenientes?

En teoría ya somos conscientes de cuales son nuestras deficiencias o debilidades de carácter; tomamos contacto con ellas a través de nuestro inventario del Cuarto Paso.

El Sexto y Séptimo Paso son los Pasos más "cortos" en el Libro Grande y está contenido en un solo párrafo que transcribo a continuación:

"... entonces vemos el Sexto Paso. Hemos insistido en que la buena voluntad es indispensable. ¿Estamos ahora dispuestos a dejar que Dios elimine de nosotros todas esas cosas que hemos admitido son inconvenientes? ¿Puede El, ahora, quitárnoslas todas, todas sin excepción? Si todavía no queremos desprendernos, le pedimos a Dios que nos ayude a tener buena voluntad para hacerlo". (A.A., pags. 70-71; capítulo 6 "En acción")

Según el párrafo dedicado al Sexto Paso nuevamente es tiempo de tomar decisiones. No perdamos de vista que los autores nos sugieren que este Paso se dé inmediatamente después del Quinto.

El Cuarto Paso nos permitió re-conocer nuestras debilidades y fortalezas mediante un "minucioso inventario". En el Sexto Paso tomamos la decisión sincera de entregar esas debilidades a "manos más grandes que las nuestras", o sea a un Poder superior a nosotros mismos, como cada uno lo conciba.

Si tenemos inconvenientes para desprendernos de alguna de nuestras debilidades, le pedimos a nuestro Poder superior que nos guíe hacia la buena voluntad para lograrlo.

¿Cómo dar este Paso?

Preguntándonos ¿Estoy sinceramente dispuesto a que un Poder superior me libere de todas mis debilidades? Según los autores del Libro Grande aquellos que contesten si a la pregunta han completado el Sexto Paso y están preparados para dar inmediatamente el Séptimo.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Origen texto básico de a.a.

Libro Grande: Experimentar los Doce Pasos.

(Tercera parte)

Sobre pasar de los seis principios originales a los actuales Doce Pasos, en su afán de darle mayor claridad y posibilidad de comprensión al método A.A. para dejar de beber, Bill escribió:

"Finalmente me dispuse a la tarea de redactar más de seis etapas o pasos; cuántos más, no lo sabía. Tomé aliento y pedí ayuda divina. Con una velocidad sorprendente, teniendo en cuenta mis alteradas emociones, completé el primer borrador. Esto me tomó media hora aproximadamente. las palabras me fluían fácilmente. Cuando llegue al punto final, numeré los pasos resultantes. Sumaban doce. En alguna forma, tal número me pareció significativo; sin tener motivo ni razón especiales, los relacioné con los doce apóstoles. Sintiéndome entonces sumamente aliviado, comencé a repasar el escrito".

A continuación Bill describe los cuestionamientos que recibió de sus compañeros sobre la primera versión de los doce pasos:

"En ese momento llegaron dos visitantes. Uno de ellos, mi buen amigo de aquella época, Howard A. Con él venía un nuevo miembro, quien llevaba escasamente tres meses de abstención. Yo estaba muy satisfecho con lo que había escrito, y les leí la nueva versión de nuestro programa, ahora sí los "Doce Pasos". Howard y su amigo reaccionaron violentamente. ¿Por qué doce pasos?, preguntaron. Y luego: "Le has metido mucho Dios a estos pasos; vas a amedrentar a la gente". Además: "¿Qué significa eso de que el alcohólico tiene que arrodillarse cuando pide ser liberado de sus defectos?" Y añadían: ¿Quién va a querer que se le desaparezcan todos sus defectos?" Cuando Howard me vio un tanto molesto, añadió: Bueno, algo de esto parece que está bien logrado. Pero Bill, tienes que moderarlo un poquito. Está demasiado estricto. Un alcohólico corriente no se lo va a tragar en la forma que está". (A.A. llega a su mayoría de edad; pags. 170-171)

Este fue el comienzo de una ardua tarea a través de acaloradas discusiones para "moderar" los doce pasos. El grupo Akron gustaba mucho de los doce pasos de Bill, pero en su grupo de Nueva York, las críticas se sucedían sin cesar.

Se hicieron largo debates en los dos grupos y también se consultó a personalidades influyentes de la medicina y la religión. Los doce pasos, así como cada capítulo fue discutido y se hicieron cambios importantes a la versión original de Bill W. Lo mismo sucedió cuando buscaron un nombre para el texto. Parecía que las discusiones nunca acabarían. Finalmente el Libro Grande fue aprobado por la "conciencia de grupo" de los primeros cien alcohólicos que integraban la comunidad.

En el capítulo XI del libro "Transmítelo" (biografía de Bill W.), podemos apreciar con mayor detalle las dificultades que enfrentó el co-fundador de A.A. en su propuesta del primer libro de la Comunidad. Encontró resistencia tanto en los miembros de los grupos, así como en los amigos no alcohólicos. Además hubo "tentaciones" al recibir ofertas de editores privados.

El libro se publicó en abril de 1939 con el nombre de "Alcohólicos Anónimos" de donde la comunidad adoptó su nombre.

viernes, 12 de septiembre de 2008

Historia del libro grande de alcohólicos anónimos

Libro Grande: una guía para dejar el alcohol.
(Segunda parte)

Retomando el artículo sobre el origen del "Libro Grande", y según lo que vimos en el anterior artículo, la necesidad de un texto dedicado específicamente al problema del alcoholismo y a la solución propuesta por Bill y sus compañeros era muy marcada.

Bill W. tenía una serie de ideas y las compartió con Dr. Bob en una de sus visitas a los "akronitas".
"El Dr. Bob acogió con entusiamo la idea del libro. Pero cuando se trató de los misioneros a sueldo y de los hospitales con ánimo de lucro, se mostró francamente escéptico". (A.A. llega a su mayoría de edad, pag. 156).

Pese a la negativa de Dr. Bob, Bill continuó adelante con la cuestión de los misioneros y hospitales. Ambas "alocadas" propuestas nunca se llevaron a cabo. El tercer proyecto: un libro, fue el que se pudo encarar, con el apoyo de los grupos de Akron y Nueva York.

La cuestión libro no fue fácil de encarar. Hay muchas páginas escritas sobre las dificultades económicas y de otro tipo que debieron sobrellevar. A pesar de los obstáculos Bill comenzó a escribir.

"A medida que los capítulos iban siendo redactados, yo los iba leyendo en las reuniones semanales del grupo de Nueva York en el local de la calle Clinton. Al Dr. Bob le enviábamos copias para que las revisaran y las criticaran en Akron, donde obteníamos la más calurosa acogida. Algo muy distinto sucedía en las reuniones neoyorquinas, donde nuestros escritos eran literalmente aporreados, por lo cual fueron muchas las veces en que tuve que volverlos a redactar, para que Ruth los copiara a máquina una y otra vez. A pesar de las acaloradas discusiones, las críticas del grupo de Nueva York nos ayudaron enormemente, y sirvieron hasta cierto punto para que el entusiasmo y la confianza se incrementaran.

De esta manera fue adelantándose el trabajo hasta llegar al famoso Capítulo Quinto. Ya estaban escritos mi historia personal y tres capítulos más titulados "Hay una Solución", "Algo más acerca del Alcoholismo" y "Nosotros los Agnósticos". Nos dimos cuenta entonces de que ya teníamos suficiente material de presentación, pero que en este punto nos era necesario explicar la manera exacta como funcionaba nuestro programa de recuperación del alcoholismo. En este punto teneíamos que insertar la columna vertebral de nuestro libro. Este era un problema que secretamente me había preocupado mucho. Yo nunca había escrito nada anteriormente, ni nadie en el grupo de Nueva York tenía experiencia como escritor. Las discusiones que se habían suscitado acerca de los cuatro capítulos iniciales habían sido terribles. En ciertas ocasiones estuve a punto de arrojar todos los borradores del libro por la ventana". (A.A. llega a su mayoría de edad; pag. 169)

Es en este momento que Bill W. decide transformar los seis "principios originales", en los actuales Doce Pasos. Sobre esta difícil pero acertada decisión podemos leer lo siguiente:

"Mi estado de ánimo en la noche en que se escribieron los Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos era muy poco espiritual. Me encontraba enfermo y cansado, reclinado en mi cama en el número 182 de la calle Clinton con un lápiz en la mano y un legajo de papel borrador sobre la rodilla. No podía concentrarme en mi trabajo, ni mucho menos poner mi corazón en él. Pero me encontraba frente a una tarea que tenía que hacerse, y poco a poco en mi mente se fue aclarando el enfoque que iba a darle".

Hasta aquí tenemos datos como para darnos una idea bajo que circunstancias y con que objetivo se escribió el libro "Alcohólicos Anónimos". En un próximo artículo cerraremos estas notas sobre el origen del Libro Grande.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Origen del libro Alcohólicos Anónimos

Libro Grande: el "mensaje original" de Alcohólicos Anónimos.
(Primera parte)

A continuación me gustaría compartir con ustedes, el origen del libro más importante de la Comunidad: "Alcohólicos Anónimos", conocido también como Libro Grande. Con ese objetivo recabaremos información en los libros: "A.A. llega a su mayoría de edad", "El Dr. Bob y los buenos veteranos", "Transmítelo" y en otros textos de A.A. Espero que sea de su agrado.

1934, verano:
El Dr. William D. Silkworth declara a Bill W. un alcohólico incurable.
1934, agosto:
Los Grupos Oxford logran la sobriedad de Ebby T., un amigo de Bill.
(al igual que Bill W., Ebby T. tenía serios problemas con el alcohol. De jóvenes compartieron estudios superiores y copas, muchas copas)
1934, noviembre:
Ebby visita a Bill y le cuenta su historia.
(de esta visita destaco que Ebby había permanecido sobrio varios meses en los Grupos Oxford, y la famosa frase de Ebby: "tengo religión", haciendo referencia a los principios espirituales que había aprendido, y que le permitieron permanecer sin beber alcohol.
1934, diciembre:
Experiencia espiritual de Bill en el Hospital Towns.
(Bill comienza a poner en práctica durante su internación los principios que Ebby le enseñó, y es ahí cuando tiene una súbita experiencia espiritual)
1934, diciembre:
Bill trabaja con alcohólicos, pero no logra la sobriedad de ninguno de ellos.
1935, mayo:
El Dr. Bob y Bill se conocen en Akron.
1935, 10 de junio:
El Dr. Bob bebe su último trago. Se funda Alcohólicos Anónimos.
(lo irónico de este suceso es que ese último trago de Dr. Bob, se lo ofreció Bill W.)
1937:
Los A.A. de Nueva York se separan de los Grupos Oxford.
(El grupo de Nueva York estaba liderado por Bill W.)
1937, noviembre:
El Dr. Bob y Bill, al reunirse en Akron, hacen un recuento de los resultados. Cuarenta casos de sobriedad. Primera percepción de cierto éxito.
1938, febrero:
Contacto con Jhon D. Rockefeller. Dona u$s 5.000. Se rehúsa dar más. Salva a A.A. del profesionalismo.
(aquí es cuando comienza a surgir la visión de lo que hoy se llama Séptima Tradición de A.A., que es básicamente el auto mantenimiento económico, no aceptar contribuciones ajenas a la comunidad).
1938, mayo:
Se comienza a escribir el libro Alcohólicos Anónimos.
1938, diciembre:
Se escriben los Doce Pasos.
1939:
Los miembros llegan a 100.
1939, abril:
Se publica el libro Alcohólicos Anónimos.


Desde 1934 a 1938 todas estas vivencias produjeron en Bill W . un cambio y la oportunidad de sumar conocimiento y experiencia sobre el alcoholismo y la solución que él y los primeros cien miembros habían experimentado. Bill puso en práctica un programa de recuperación, el cual se iba transmitiendo boca a boca en los primeros grupos de Nueva York y Akron. Sobre esto podemos leer en las páginas 169 y 170 del libro "A.A. llega a su mayoría de edad":

"A partir de la visita que me hizo Ebby en el otoño de 1934, habíamos desarrollado gradualmente nuestro "programa verbal"; la mayor parte de las ideas básicas provenía de los Grupos Oxford, de Williams James y del Dr. Silkworth. Aunque se veían sometidas a considerables variaciones, podíamos resumirlas en un procedimiento muy consistente que comprendía seis etapas:
1. Admitimos que estábamos vencidos, que éramos impotentes ante el alcohol.
2. Hicimos un inventario moral de nuestros defectos o pecados.
3. Confesamos o compartimos nuestros defectos con otra persona, en forma confidencial.
4. Hicimos restitución a todas aquellas personas que habíamos perjudicado con nuestra bebida.
5. Tratamos de ayudar a otros alcohólicos, sin buscar recompensa en dinero o prestigio.
6. Rezamos al Dios en que cada uno creía pidiéndole la fuerza necesaria para practicar estos preceptos.

Esto era en esencia lo que, a fines del año 1938, les decíamos a los recién llegados. Varias de las otras ideas y actitudes del Grupo Oxford habían sido rechazadas definitivamente, incluyendo aquellas que podrían envolvernos en controversias teológicas".

En ese entonces los A.A. no tenían mensaje escrito, por lo que leían y estudiaban diversos textos espirituales. Sobre esto podemos leer en el libro "El Dr. Bob y los buenos veteranos":

"Se hacía hincapié en la Biblia como material de lectura, por supuesto; muchos recuerdan que "El Sermón de la Montaña" por Emmet Fox, era también muy popular. "Esa era una lectura que se les requería a todos", dijo Dorothy S. M. "Tan pronto como los hombres que estaban en el hospital podían empezar a fijar la vista, obtenían una copia del Sermón de la Montaña".

Luego estaba ese librito barato de "El Cuarto de Arriba", recordó ella. "Ellos suponían que podíamos disponer de una moneda para lectura espiritual. Imprimían en nosotros que teníamos que leer eso absolutamente todas las mañanas. No había ningún bien equipado cuarto de baño en A.A. que no tuviera una copia, y si tú entrabas y veías que no estaba abierto en el día correcto, inmediatamente comenzabas a sospechar de ellos".

Bob E. de Akron recordó que otro libro popular en ese tiempo fue "La Cosa Más Grande del Mundo", de Henry Drummond; este, junto con "El Cuarto de Arriba", les era proporcionado a los miembros por Madre G.

Aunque en esa época había por ahí una buena cantidad de material para leer, definitivamente había una necesidad de literatura dirigida específicamente al alcohólico". (del libro "El Dr. Bob y los Buenos Veteranos", pags. 160-161).

Otra de las cuestiones que mostró a los primeros miembros de la Comunidad la necesidad imperiosa de literatura propia, es descripta por Bill en el libro "A.A. llega a su mayoría de edad":

"Cuando el Dr. Bob y yo nos dimos cuenta en el otoño de 1937 de que unas ochenta personas se habían recuperado del alcoholismo, nos preguntamos: "¿Cómo podemos compartir esta experiencia? ¿Cómo podremos difundir al mundo este mensaje?". El Dr. Bob se había recuperado dos años y medio antes, y yo había estado sobrio durante tres años.
Nos había tomado todo el tiempo el perfeccionar un programa de recuperación y llevar la sobriedad a un puñado de pacientes. El número de alcohólicos en el mundo que deseaban recuperarse podía ascender a muchos millones. ¿Cómo podríamos llevar esta gran oportunidad a esas personas? Al paso lento al que nos movíamos, claramente no podríamos alcanzar a la gran mayoría de aquellos alcohólicos.

No podíamos por consiguiente continuar siendo una sociedad secreta. La comunicación verbal con los pocos alcohólicos que podíamos tratar con nuestros métodos corrientes de entonces no sólo sería muy lenta sino también peligrosa; peligrosa porque el mensaje de recuperación en el cual teníamos ahora depositada toda nuestra confianza podría ser rápidamente mutilado y totalmente deformado. Era obvio que nuestra naciente sociedad y su mensaje necesitaban hacerse públicos". (libro "A.A. llega a su mayoría de edad", pag. 155).

jueves, 4 de septiembre de 2008

Los celos en el alcohólico

Celotipia alcohólica o paranoia alcohólica

Los celos pese a ser un rasgo bastante común, aunque no generalizado entre los alcohólicos, es un tema no muy tratado en una buena parte de los grupos de A.A. Tal vez esto se deba a prejuicios machistas que impiden exteriorizar algo que en realidad sucede y mortifica al alcohólico y a su familia.

"En el alcoholismo crónico los celos son un rasgo bastante común. Estos celos nacen como consecuencia de la impotencia que padece el enfermo y del rechazo de que es objeto por parte de su esposa. En algunos pocos enfermos con personalidad previa paranoide, se observa que, sobre la base de celos justificados o no, se instala el delirio celotípico.

La celotipia alcohólica es un delirio de tipo persecutorio de mecanismo interpretativo, bien sistematizado y de contenido celoso.

El enfermo presenta una buena orientación autopsíquica y alopsíquica. No presenta alucinaciones, salvo como epifenómeno ocasional vinculado al tema del delirio (alucinaciones olfatorias, auditivas).

El delirio celotípico se tiene al realizar el alcohólico falsas interpretaciones de la realidad.

En un comienzo las ideas delirantes de celos sólo se tienen en los momentos de profunda intoxicación y desaparecen cuando éstos se disipan. Al progresar la enfermedad, estas ideas delirantes se hacen persistentes. El enfermo desconfía de aquellas personas que se relacionan con su hogar: amigos, parientes, vecinos, etc. Somete a su esposa a una sostenida vigilancia, interpretando sus palabras, miradas, hechos o circunstancias a favor de la concepción delirante. Al convencerse de que es engañado, increpa a su esposa, la insulta, le reprocha su falta, se torna peligroso, pudiendo agredirla e incluso llegar al homicidio.

El delirio puede rectificarse desde una semana hasta meses, si el tratamiento es correcto. Sin tratamiento o con uno inadecuado, la celotipia se hace crónica (delirio alcohólico crónico), por lo tanto el pronóstico es reservado".

"La fenomenología psiquiátrica del alcoholismo" - Dr. Eugenio Sánchez.
Libro "Alcoholismo" - Gustavo F. Poch / Horacio H. Rubio
Editorial Universitaria de Buenos Aires

lunes, 1 de septiembre de 2008

Alcoholismo - solución espiritual

A continuación transcribo un escrito del Dr. Deepak Chopra sobre el alcoholismo y la solución espiritual. La carta de Carl Jung que cita Chopra, tiene mucho que ver con Alcohólicos Anónimos y los Doce Pasos.

"... Durante esta cuarta etapa (fase crónica del alcoholismo) del modelo de Jellinek, una mayoría de alcohólicos (alrededor de un 60 por ciento), atraviesan una experiencia que tiene importantes consecuencias en el posterior tratamiento de la enfermedad. Cuando estas personas "tocan fondo", y se sienten atrapados por una desesperación total, de manera inesperada viven un nuevo despertar espiritual. Empiezan a convocar a un espíritu superior que los rescate de las profundidades en que se han sumido. Un pequeño porcentaje de alcohólicos viven un momento de revelación dramática, similar a una conversión religiosa, en la que reconocen que están en manos de un destino supremo. En otras palabras viven una especie de éxtasis.
Este trascendente fenómeno está tan bien registrado como las otras etapas de la enfermedad del alcoholismo. Quizá podría interpretarse la enfermedad misma como un intento desviado de llegar a este punto: un descenso al infierno, que debe de preceder a la visión del paraíso. En referencia a esto, podría ser útil recordar nuestro comentario del capítulo 1, en el que califiqué al adicto como un buscador desorientado, y citar una carta del psicológo Carl Jung, en la que ofrece una analogía explícita entre la adicción y el infierno:

"Estoy fuertemente convencido de que el principio del mal que prevalece en este mundo conduce a la perdición, a la necesidad espiritual sin reconocer, si no es contrarrestado por una percepción religiosa real o por el muro protector de la comunidad humana. Un hombre ordinario que no esté protegido por una acción desde lo alto y se encuentre aislado de la sociedad, no puede resistir el poder del mal, al que muy aptamente se le llama Demonio; pero el uso de esas palabras hace surgir tantos errores, que uno sólo puede permanecer alejado de ellas tanto como le sea posible.
... Alcohol en latín es spiritus y se utiliza la misma palabra para la más alta experiencia religiosa, al igual que para el más depravante veneno. Por lo tanto la fórmula útil es spiritus contra spiritum."

Si el retruécano no fuese demasiado forzado, se podría observar que, para una cantidad importante de personas, la "solución espiritual" del alcohol, lleva a la solución espiritual para el alcoholismo. En La variedades de la experiencia religiosa, el filósofo Williams James escribió que la verdadera cura para el exceso en la bebida es la religión apasionada. Estoy tentado de ir más lejos, y afirmar que la única cura para una adicción de cualquier clase es el descubrimiento de una espiritualidad interior, sentida en profundidad. Entonces, sobre esta base, el adicto en recuperación podrá empezar a hacer cambios prácticos en su vida, necesarios para una transformación real."

Del libro "Vencer las adicciones", de Deepak Chopra (pags. 55-56-57).

Nota: la carta citada fue escrita por Carl Jung el 30 de enero de 1961 en Kusnachi, Zurich y estaba dirigida a Bill Wilson (co-fundador de Alcohólicos Anónimos). A quien le interese puede encontrarla en el libro "Transmítelo, La historia de Bill Wilson y de cómo llegó al mundo el mensaje de A.A.", en el capítulo 24: Una segunda jornada (pags. 378-379).

miércoles, 27 de agosto de 2008

Características de la adicción al alcohol

Al contrario que la dependencia, el alcoholismo plenamente desarrollado, es decir, la adicción al alcohol, puede definirse de un modo más concreto que la dependencia y se identifica a través de un número limitado de rasgos y características bien documentadas.

- Prioridad:
Beber es el eje del día del alcohólico. Se cambian de horario o se sacrifican importantes actividades para facilitar el acto de beber, a pesar de las dificultades que esto pueda acarrear. Del mismo modo, el alcohólico reconoce ciertos momentos del día en que no tiene otra alternativa que beber, y con este fin realiza todas las modificaciones necesarias para asegurarse de que esto sea posible.

-Aumento de la tolerancia:
Con el tiempo, se necesitan mayores cantidades de alcohol para obtener los efectos esperados.

-Síndrome de abstinencia:
A medida que aumenta la tolerancia al alcohol, también crecen los síntomas desagradables, incluso dolorosos de la abstinencia. Algunos son: temblores, insomnio, agitación, ansiedad y confusión. Llega un momento en que se forma un círculo vicioso, y el mayor motivo para beber alcohol termina siendo evitar esos síntomas. El alcohólico bebe más para evitar las consecuencias de no beber, pero beber más empeora estas consecuencias.

-Ansias:
Existe un abrumador deseo o necesidad de beber, sobre todo cuando se intenta reducir la cantidad. Hasta cuando tiene una copa en la mano, el alcohólico puede sentir necesidad de otro trago. Estando en un bar o en una taberna, suele ocurrir que pida otra copa antes de terminar la primera.

-Conflicto interno:
A medida que la necesidad de beber se agrava y empieza a quedar fuera de control, se presentarán períodos en los que el alcohólico siente deseos de dejar de beber, y hasta lo logrará por un tiempo. Pero cuando reanude la bebida, volverá a las pautas conocidas.

-Problemas externos:
Casi se podría asegurar que en la vida del alcohólico se presentarán problemas en el trabajo, con los amigos, la familia, y con la policía. Para evitar esos problemas, el adicto se hará más discreto para beber, y tal vez esconda botellas en casa o en el trabajo.

lunes, 25 de agosto de 2008

Quinto Paso de A.A. (última parte)

En el "Libro Grande" nos dan sugerencias bastantes precisas de como "dar" el Quinto Paso. En la página 69, nos recomiendan que una vez tomada la decisión de quién va a escuchar el resultado de nuestro inventario, tomemos acción inmediatamente o sea que evitemos la postergación:

"Cuando decidimos quién va a escuchar nuestra historia, no perdemos tiempo. Tenemos un inventario escrito y estamos preparados para una larga conversación. Le explicamos a nuestro confidente lo que estamos a punto de hacer y porqué tenemos que hacerlo. Debe comprender que estamos empeñados en algo que es cuestión de vida o muerte. La mayoría de las personas que son abordadas en esta forma nos ayudarán gustosamente; se sentirán honradas porque ponemos en ellas nuestra confianza."

Un poco más adelante y en la misma página (70, cápitulo "En acción) nos sugieren desprendernos de nuestras resistencias y bloqueos para esta liberadora acción de limpieza interior:

"Nos despojamos de nuestro orgullo y ponemos manos a la obra, esclareciendo todos los rasgos de nuestro carácter y todos los resquicios del pasado".

Lo anterior es la acción del Quinto Paso... ¿pero cuál es el resultado? En el texto básico se nos dice que luego de que hayamos compartido nuestro inventario, seremos recompensados. Lo siguiente es una lista de los beneficios que obtendremos como resultado de poner en práctica este Paso:

"... Una vez que hemos dado este paso, sin retener nada, nos sentimos encantados. Podemos mirar de frente al mundo; podemos estar solos y perfectamente tranquilos y en paz; nuestros temores desaparecen. Empezamos a sentir la proximidad de nuestro Creador. Podemos haber tenido ciertas creencias espirituales, pero ahora empezamos a tener una experiencia espiritual. La sensación de que el problema con la bebida ha desaparecido frecuentemente se sentirá con intensidad. Sentimos que vamos andando por el Camino Ancho tomados de la mano con el Espíritu del Universo". (A.A., pag. 70; cap. 6 "En acción")

El texto básico es bien claro, pasaremos de la creencia a la EXPERIENCIA espiritual y la "precariedad" de nuestra abstinencia desaparecerá. Esto es el verdadero resultado del Programa de A.A., y no el muy escuchado "hoy no tomo, mañana no sé". Claramente se nos dice que sentiremos que nuestro problema con el alcohol ha desaparecido, que nuestra obsesión por beber desaparecerá.

Ya estamos transitando "nuestra experiencia espiritual" para recuperarnos del alcoholismo. Los autores del texto básico nos dicen a continuación que hacer después de compartir nuestro inventario:

"Al regresar a casa buscamos la manera de estar solos durante una hora para meditar cuidadosamente sobre lo que hemos hecho. Le damos gracias a Dios desde el fondo de nuestro corazón por conocerlo mejor. Tomamos este libro y lo abrimos en la página en que están los Doce Pasos (55-56). Leyendo cuidadosamente las cinco primeras proposiciones, nos preguntamos si hemos omitido algo, porque estamos construyendo un arco por el que pasaremos para llegar a ser, por fin, hombres libres. ¿Es firme lo que hemos construido hasta ahora? ¿Están las piedras en su lugar? ¿Hemos escatimado el cemento que usamos para la base? ¿Hemos tratado de hacer sin arena la mezcla de cemento? (A.A., pag. 70; cap. 6 "En acción")

En el párrafo anterior los autores nos dicen que revisemos los primeros cinco Pasos para asegurarnos que no hemos omitido nada, y nos ayudan con algunas preguntas para hacernos. Si ya hemos hecho esto y "podemos contestarnos satisfactoriamente, entonces vemos el Sexto Paso".

lunes, 18 de agosto de 2008

Quinto Paso de Alcohólicos Anónimos (2da. parte)

Buscando la persona indicada par dar el Quinto Paso.

Este es un buen momento para reflexionar y elegir la persona con la que realizaremos nuestro Quinto Paso, pero antes de continuar tengamos en cuenta que en el "Libro Grande" no encontraremos referencia alguna a la figura del "Padrino" como posibilidad de compartir nuestro inventario con él, esto es así por que en el momento de escribirse el texto básico de A.A. (año 1939), el apadrinamiento aún no se usaba en la Comunidad.

Volviendo al texto básico podemos leer las siguientes sugerencia sobre la persona con la que compartiremos nuestro inventario de deficiencias y cualidades:

"Si esperamos vivir largo tiempo o felizmente en este mundo, necesariamente tenemos que ser completamente honrados con alguien. Justa y naturalmente, lo pensamos bien, antes de escoger a la persona o pesonas con quienes dar este paso íntimo y confidencial. Aquellos de nosotros que pertenezcamos a una religión en la que se requiere confesión, debemos y querremoes acudir a la autoridad deebidamente designada para recibirla. Aunque no tengamos ninguna conxión religiosa, podemos, a pesar de ello, hacer bien en hablar con alguien que esté ordenado por una religión establecida. Con frecuencia encontramos que una persona así se da cuenta rápidamente de nuestro problema y lo comprende. A veces por supuesto tropezamos con personas que no comprenden a los alcohólicos.

Si no podemos o preferimos no hacer esto, buscamos entre nuestros conocidos a algún amigo reservado y comprensivo. Puede ser que nuestro médico o psicólogo sea la persona indicada. Puede ser alguien de nuestra propia familia, pero no podemos revelar a nuestras esposas ni a nuestros padres nada que pueda lastimarlos y hacerlos desgraciados. No tenemos ningún derecho a salvar nuestro propio pellejo a costa de otro. Estas partes de nuestra historia e las contamos a alguien que comprenda pero que no resulte afectado. La regla es que debemos ser duros con nosotros mismos pero siempre considerados con los demás". (Alcohólicos Anónimos, pags. 68-69, Cap. 6 "En acción").

Recuerde que usted podrá compartir su inventario con cuantas personas quiera. Para aquellos que tengan dudas sobre la persona a escoger pueden consultarlo con su "Padrino", siempre teniendo en cuenta que la persona a quien escojamos sea discreta y confiable. El o ella nunca deberá hablar de nuestro inventario con nadie más. Sobre esta cuestión los autores del "Libro Grande" escriben en la página 69 del capítulo 6 "En acción":

"Es importante que esa persona pueda guardar el secreto; que comprenda y apruebe plenamente lo que estamos proponiéndonos hacer; que no trate de cambiar nuestro plan. Pero no debemos valernos de esto como una nueva excusa para posponerlo".

Hasta aquí tenemos referencias muy claras que nos servirán como guía para elegir a la persona indicada con la que compartiremos nuestro inventario.

sábado, 16 de agosto de 2008

Quinto Paso de A.A. (1ra. parte)

Ahora entramos en una etapa del programa que requiere de nosotros más y más acción. Esta acción tendrá un resultado muy claro... nuestras vidas cambiarán, viviremos mejor con nosotros mismos y con los demás.

Recordemos que Alcohólicos Anónimos nos ofrece mucho más que un simple programa de abstinencia alcohólica, su potencial es enorme. Hay que trascender esa degradada visión que tienen algunos miembros e incluso algunos grupos, no hay que conformarse simplemente con dejar de beber. Es por eso que damos los Pasos: PARA SOLUCIONAR NUESTRO PROBLEMA CON EL ALCOHOL Y PARA VIVIR COMO NOS MERECEMOS: MUY BIEN!

Bueno ahora pasemos a lo que nos interesa, al otro de los "cucos" de A.A.:

El Quinto Paso de A.A. dice así: "Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos, y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos".

En la página 67 del "Libro Grande" los autores nos dicen porque tenemos que admitir nuestros defectos ante otra persona:

"La mejor razón es: Si saltamos este vital paso, puede ser que no superemos la bebida. Una y otra vez los recién llegados han tratado de guardarse ciertos hechos de sus vidas. Tratando de evadir esta humillante experiencia, se han acogido a ciertos métodos más fáciles.

Casi invariablemente se han emborrachado. Habiendo preservado con el resto del programa, se preguntan porqué han recaído. Creemos que la razón es eque nunca acabaron su limpieza interior. Hicieron bien su inventario pero se aferraron a uno de los peores artículos de su existencia. Solamente creyeron que habían sido humildes. Pero no habían aprendido lo suficiente sobre humildad, intrepidez y honradez, en el sentido que creemos necesario, hasta que le contaron a otro toda la historia de su vida". (Alcohólicos Anónimos, pag. 67 - Cap. 6 "En acción").

Los autores son contundentes, nos dicen que de no hacer este Paso podemos volver a beber. ¿Están exagerando? A través de mi experiencia creería que volver a beber es una posibilidad muy concreta si salteamos el Quinto Paso. La limpieza interior es de suma importancia, de que sirve estar sin beber si mis resentimientos, mis culpas, mi odio, y mi bajísima autoestima siguen intactos. Creo que no tiene sentido vivir así... seco pero como el culo! Entonces creo que hay que compartir nuestro inventario, porque somos muy buenos para autoengañarnos. Recordemos que muchos de nosotros insistíamos, pese a que todo estaba mal en nuestras vidas, que no teníamos problemas con el alcohol. No es verdad que nos decíamos una y otra vez que estabamos bien, mientrás nos hundíamos en una tormenta de alcohol?

Esta costumbre de reconocer los defectos de uno mismo ante otra persona es muy antigua. Su valor ha sido confirmado por muchas personas que centran sus vidas en lo espiritual.

Unos de los beneficios más marcados que recibiremos del Quinto Paso será librarnos de esa mortificante sensación de aislamiento. Es muy común entre los alcohólicos un terrible sentimiento de soledad... ese inquietante sentimiento de no encajar en ningun lado. Cómo dice el libro 12/12: "O bien éramos tímidos y no nos atrevíamos a acercarnos a otros, o éramos propensos a ser muy extrovertidos, ansiando atención y camaradería, sin conseguirlas nunca, o al menos según nuestro parecer. Siempre había esa misteriosa barrera que no podríamos superar ni entender. Era como si fuéramos actores en escena que de pronto se dan cuenta de no poder recordar ni una línea de sus papeles. Esta es una de las razones por las que nos gustaba tanto el alcohol. Nos permitía improvisar. Pero incluso Baco se volvió en contra nuestra; acabamos derrotados y nos quedamos en aterradora soledad."

viernes, 15 de agosto de 2008

Síntomas del alcoholismo

No todos los alcohólicos tienen los mismos síntomas, pero muchos (en las varias etapas de la enfermedad) muestran estas señales:

- Descubren que sólo el alcohol les hace sentirse seguros de sí mismos y cómodos con otra gente.

- A menudo quieren "sólo un trago más" al fin de una fiesta.

- Esperan con ansias las ocasiones de beber y piensan mucho en ellas.

- Se emborrachan cuando no tienen la intención de hacerlo

- Tratan de controlar su forma de beber, cambiando tipo de licores, tomando la decisión de no beber o haciendo promesas solemnes.

- Beben furtivamente.

- Dicen mentiras sobre cuánto y con qué frecuencia beben.

- Esconden botellas.

- Beben por la mañana para aliviar la resaca, los sentimientos de culpabilidad y el miedo.

- Dejan de comer y así sufren de desnutrición.

- Contraen cirrosis de hígado.

- Tiemblan violentamente, alucinan o tienen convulsiones al carecer de alcohol.

Reimpreso del folleto "Una breve guía a Alcohólicos Anónimos" (pag. 2) con permiso de A.A. World Service, Inc.